“Para mí hoy, se ha declarado la tercera guerra mundial”, afirmó el Papa Francisco al referirse a las consecuencias que está provocando la invasión rusa en Ucrania. En este marco, pidió por la criticidad de la gente y que no consideren del conflicto “un patrón normal de Caperucita Roja” para entender lo que ocurre en la región, ya que, en su opinión, “no hay buenos ni malos”.
Sus declaraciones pudieron conocerse luego de que la agencia de noticias del Vaticano, Vatican News, difundiese hoy el encuentro que días atrás el Papa tuvo con directores de revistas europeas de la Compañía de Jesús.
“¿Cuál es su consejo para comunicar la situación que estamos viviendo? ¿Cómo podemos contribuir a un futuro de paz?”, fueron algunas de las preguntas que respondió Jorge Bergoglio durante la reunión.
“Tenemos que alejarnos del patrón normal de Caperucita Roja: Caperucita era buena y el lobo era el malo. Aquí no hay buenos y malos metafísicos, de forma abstracta. Está surgiendo algo global, con elementos muy entrelazados”, explicó el Papa y contó que un “jefe de Estado”, a quien no identificó, le había dicho meses atrás “que estaba muy preocupado por la forma en que se movía la OTAN”. Y agregó que ese jefe de Estado le dijo: “’Están ladrando a las puertas de Rusia’. Y no entienden que los rusos son imperiales y no permiten que ninguna potencia extranjera se acerque a ellos”.
En esta misma charla, el Papa afirmó que el conflicto en Ucrania había cobrado tal magnitud que podría definirse como una Tercera Guerra Mundial. “Para mí hoy, se ha declarado la tercera guerra mundial. Y esto es algo que debería hacernos reflexionar. ¿Qué le pasa a la humanidad que ha tenido tres guerras mundiales en un siglo? Vivo la primera guerra en la memoria de mi abuelo en el río Piave. Y luego la segunda y ahora la tercera. Y esto es malo para la humanidad, una calamidad. Hay que pensar que en un siglo ha habido tres guerras mundiales, ¡con todo el comercio de armas que hay detrás!”, dijo.
“Lo que tenemos ante nuestros ojos es una situación de guerra mundial, de intereses globales, de venta de armas y de apropiación geopolítica, que está martirizando a un pueblo heroico”, aseguró Bergoglio.
A su vez, Francisco también se defendió de los cuestionamientos a su persona por no condenar la guerra antes. Y al ser consultado sobre si su opinión era favorable al presidente ruso, Vladimir Putin, respondió: “No, no lo estoy. Es simplista y erróneo decir tal cosa. Pero estoy simplemente en contra de reducir la complejidad a la distinción entre el bien y el mal, sin pensar en las raíces y los intereses, que son muy complejos“.
Enfatizando su posición, el Pontífice mostró su admiración por “el heroísmo del pueblo ucraniano”. “Los rusos pensaron que todo acabaría en una semana. Pero calcularon mal. Se encontraron con un pueblo valiente, un pueblo que lucha por sobrevivir y que tiene una historia de lucha”, agregó el Papa.