El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, cuestionó ayer a los críticos de la ley de Memoria Democrática, al afirmar que es “de suma ignorancia” calificarla de “sectaria” y “revanchista”. “No lo es”, señaló Sánchez en un acto en el que el Gobierno reconoció oficialmente la condición de víctimas a una treintena de personas.
Además, el mandatario volvió a comprometerse a que la ley se aplique, a que se sigan llevando a cabo exhumaciones en busca de desaparecidos y a que se tramiten todas las peticiones de nacionalización de los exiliados y sus descendientes.
Sánchez hizo estas declaraciones en un acto solemne para conmemorar el día de recuerdo y homenaje a las víctimas del golpe militar, la Guerra Civil y la Dictadura, que se celebra el 31 de octubre, según la ley de Memoria aprobada hace un año. Sánchez defendió la ley que, destacó, fue elaborada siguiendo la recomendación de organismos internacionales de derechos humanos y escuchando las demandas “de la sociedad civil y del movimiento memorialista”.
Pese a que todavía no se cerró un acuerdo para una nueva investidura, Sánchez subrayó el compromiso del Gobierno para procesar “todas” las peticiones de nacionalidad de los exiliados y sus descendientes y también con las exhumaciones, que “permiten restaurar la dignidad de quienes fueron privados de ella en el trance más duro”.