«Sólo puedo compartir con mis conciudadanos que la incautación de dinero en el despacho de una persona que yo elegí, más que dolerme por la confianza traicionada, me avergüenza. Por ello, pido disculpas a los portugueses», dijo en una comparecencia pública, la primera tras su renuncia.
Su jefe de gabinete, Vítor Escária, fue detenido el martes para ser interrogado en el marco de la investigación por supuestas irregularidades en la gestión de proyectos energéticos y en las redadas llevadas a cabo en su despacho se encontraron más de 75.000 euros en efectivo.
«Mientras dure este proceso judicial, probablemente no volveré a ocupar ningún cargo público», aseguró sobre la investigación a la que se enfrenta por parte de la Fiscalía, según recogió el diario Correio da Manha.
La investigación que salpica a Costa está relacionada con sospechas de «malversación, corrupción activa y pasiva de cargos públicos y tráfico de influencia» en la atribución de concesiones para minas de litio y de producción de hidrógeno.
Tras la renuncia del primer ministro, que insiste que siempre actuó dentro de un marco de legalidad, el presidente Marcelo Rebelo de Sousa anunció que el 10 de marzo de 2024 se celebrarán elecciones legislativas anticipadas, previa disolución del Parlamento.
El Partido Socialista del primer ministro saliente decidió elegir un nuevo líder mediante elecciones directas internas, previstas para el 15 y 16 de diciembre, antes de celebrar un congreso el 6 y 7 de enero.
Portugal tiene las mayores reservas de litio de Europa y es además el mayor productor del continente, pero destina este metal a la industria cerámica y del vidrio. El litio puede ser utilizado para la fabricación de baterías eléctricas y es considerado clave en la transición energética.
Las ONGs ambientalistas y parte de la población local se opone a los proyectos mineros.
Costa, que fue alcalde de Lisboa, llegó al poder en 2015 gracias a una alianza inédita con la izquierda y los comunistas.
En su Gobierno, Costa aprovechó la coyuntura favorable para dejar atrás las medidas de austeridad aplicadas por la derecha a cambio de un rescate concedido al país por acreedores internacionales en 2011.
En su gestión, saneó las cuentas públicas y llevó al país al superávit presupuestario.
En enero de 2022 obtuvo una apabullante victoria electoral que le permitió gobernar con mayoría absoluta, pero su popularidad cayó en picada tras una serie de escándalos.