El gobierno de Rusia avanzó decididamente ayer hacia la anexión de las cuatro regiones ucranianas ocupadas por su Ejército y sus aliados en el este de Ucrania, tras la difusión de los resultados de los referéndums para rubricar la incorporación de los territorios ocupados; algo que volvió a elevar la tensión con Occidente.
Ocurre que tanto el gobierno ucraniano de Volodimir Zelensky como las principales potencias occidentales volvieron a rechazar los comicios, que consideraron “ilegales” e “ilegítimos”. “Durante los referéndums se obligó a la gente a votar bajo amenazas con armas de fuego y los resultados se prepararon con mucha antelación. Toda anexión es un crimen”, aseguró Zelensky, quien ratificó que “no negociaremos con el actual presidente ruso”. “Nosotros y muchos otros países lo hemos dejado claro: no lo haremos, nunca reconoceremos la anexión del territorio ucraniano por parte de Rusia”, agregó el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken.
La Unión Europea (UE) advirtió a su vez que sancionará a las personas que actuaron en la organización de los referendos que se celebraron hasta ayer en cuatro regiones (Donetsk y Lugansk, en el este, y las provincias meridionales de Jerson y Zaporiyia), que tachó de “ilegales” e “ilegítimos”. “Habrá consecuencias para todas las personas que participaron en la organización de estos referendos ilegales y a quienes los apoyaron”, advirtió Peter Stano, vocero de la diplomacia de la UE. Los países del G7 también adelantaron su decisión de no reconocer los resultados; mientras que la canciller de Francia, Catherine Colonna, dijo ayer en una visita a Kiev que París “apoyará a Ucrania y su integridad territorial y su soberanía”.
Sin embargo, Rusia sacó su carta de las armas nucleares para defender a las futuras regiones anexadas, una amenaza recurrente que pone al mundo al borde de una catástrofe global. “Imaginemos que Rusia se vea forzada a usar el arma más poderosa contra el régimen ucraniano que ha cometido agresiones a gran escala, lo cual es un peligro para la existencia misma de nuestro Estado”, escribió el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvedev, quien aseguró que “creo que, en ese caso, la OTAN evitará entrometerse de manera directa en el conflicto. Los demagogos al otro lado del océano y en Europa no van a morir en un apocalipsis nuclear”, completó.
Las autoridades prorusas en los territorios conquistados adelantaron que los números parciales del recuento revelan cifras que rozan el 100% de votos positivos, lo que alimenta las sospechas. Según la comisión electoral rusa, el sí obtenía entre un 97% y un 98% de los votos en el Donetsk (98,7%); Lugansk (97,93%); Zaporiyia (97,81%) y en Kherson (96,75%). El presidente Vladimir Putin realizaría el viernes un pedido formal de incorporación de las regiones conquistadas ante el Parlamento, que según se anunció lo votará la próxima semana.
Denuncian sabotajes en dos gasoductos
Dos explosiones submarinas fueron detectadas ayer en el mar Báltico a la altura de Dinamarca, antes del descubrimiento de tres fugas en los gasoductos Nord Stream que unen a Rusia con Europa, en medio de denuncias cruzadas de responsabilidades y sospechas de sabotaje por las filtraciones.
El Instituto Sismológico Sueco informó que registró “dos liberaciones masivas de energía” poco cerca del lugar de las filtraciones de gas en las costas de la isla danesa de Bornholm. “Nosotros lo interpretamos como proveniente, con una probabilidad muy grande, de algún tipo de detonación”, indicó el sismólogo Peter Schmidt, quien explicó que las liberaciones de energía “fueron muy repentinas”.
Los gasoductos Nord Stream 1 y 2 centraron la tensión geopolítica de los últimos meses en Europa, desde que Rusia cortó su suministro en respuesta a las sanciones occidentales contra Moscú por la invasión de Ucrania. Si bien los gasoductos no están operando actualmente, ambos contienen aún gas, que se comenzó a filtrar desde el lunes, momentos después de las explosiones detectadas.
Ucrania aseguró que esas fugas fueron causadas probablemente por un “ataque terrorista” planificado por Moscú contra la Unión Europea (UE). “Las autoridades creemos que se trata de actos deliberados. No estamos hablando de un accidente”, declaró a su vez la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, sin apuntar a un sospechoso en particular.