Ucrania denunció ayer la muerte de al menos 17 personas como consecuencia de un nuevo ataque de Rusia sobre un mercado de una ciudad de la provincia oriental de Donetsk, el mismo día en que el secretario de Estado estadounidense visitó el país para anunciar una ayuda de US $1.000 millones.
“Diecisiete personas murieron y 32 resultaron heridas como resultado del bombardeo ruso”, dijo el ministro del Interior, Igor Klimenko. El primer ministro Denis Shmigal agregó que entre los muertos en el ataque, que tuvo lugar a unos 20 kilómetros de la línea del frente, había un niño.
Las fuerzas rusas bombardearon la zona con misiles de un sistema de defensa S-300 y los proyectiles provocaron un incendio en el lugar del impacto. Imágenes de cámaras de vigilancia muestran una calle de comercios, tranquila, cuando de repente se oye el silbido de un proyectil y luego una explosión muy fuerte, y en otro video, se ven edificios en llamas.
“Este mal ruso debe ser derrotado lo antes posible”, declaró el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, tras expresar su “más sentido pésame a todos los que han perdido familiares”.
Por otra parte, el canciller estadounidense, Antony Blinken, realizó ayer una visita sorpresiva a Kiev para anunciar una nueva ayuda económica a Ucrania de US$ 1.000 millones, que incluyó un encuentro con Zelenski, mientras que el Pentágono adelantó que proveerá a Kiev de municiones para tanques con uranio empobrecido.
El Departamento de Defensa estadounidense detalló en un comunicado que los proyectiles de 120 mm son para los M1 Abrams, refiriéndose a los tanques que Washington se comprometió a suministrar a Ucrania junto con un paquete de ayuda de US$ 175.000.000.
Francisco recibió a obispos ucranianos
El papa Francisco lamentó ayer “los sufrimientos” de Ucrania, invadida desde febrero de 2022 por Rusia, luego de recibir en el Vaticano durante dos horas a un grupo de obispos de la Iglesia greco-católica de ese país.
“A la Virgen confiamos los sufrimientos y las tribulaciones de la querida y martirizada Ucrania que sufre tanto”, dijo el pontífice durante la Audiencia General que encabezó en la Plaza San Pedro.
Según un comunicado de la Santa Sede, el papa, tras escuchar “con atención” las intervenciones de los obispos, expresó su dolor por la guerra y calificó al conflicto como “una cosa del diablo, que quiere destruir”.