Rusia exigió ayer, en la previa de la reunión de la Alianza del Atlántico Norte (OTAN), la rendición de Ucrania ante el avance indeclinable de su ofensiva militar en el este del país europeo, a la vez que negó haber atacado un centro comercial abarrotado de gente el lunes, tal como testimoniaron innumerables fotos y videos.
“La parte ucraniana puede poner fin (al conflicto) en el día de hoy. Hay que ordenar a las unidades nacionalistas que depongan las armas, hay que ordenar a los soldados ucranianos que depongan las armas y hay que aplicar todas las condiciones fijadas por Rusia”, afirmó Dmitri Peskov, portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, en un mensaje dirigido tanto a Kiev como a las potencias occidentales, que en la cumbre del G7 decidieron mantener su respaldo político, económico y militar al país invadido.
“Ucrania no comenzó esta guerra y no la concluirá cumpliendo una orden. Aquellos que están en Moscú pueden poner fin a la guerra en cualquier momento, simplemente con algo razonable: dejar de lanzar misiles sobre nuestras ciudades, retirar las tropas y abandonar la propaganda nuclear”, le respondió Mijail Podoliak, consejero del presidente Volodimir Zelenski.
Además, Rusia negó haber atacado un centro comercial abarrotado de gente, tal como sostiene Kiev y sus aliados occidentales, que hablaron de al menos 18 muertos por ese hecho. Moscú aseguró que destruyó con misiles de “alta precisión” depósitos de armamento entregado por los países occidentales, situados en una fábrica al lado del centro comercial. Zelenski, a su vez, pidió que Rusia sea reconocido como “Estado patrocinador del terrorismo”. “Solo los terroristas completamente locos, que no deberían tener lugar en el planeta Tierra, pueden atacar con misiles objetivos civiles”, aseveró el mandatario.
El G7 va por el control del petróleo ruso
Los líderes de las siete mayores economías (G7) del mundo cerraron ayer su cumbre anual con una promesa de apoyar a Ucrania “el tiempo que sea necesario” ante la invasión rusa y de estudiar medidas para limitar los ingresos por venta de petróleo que obtiene el Kremlin.
En un comunicado final al término de tres días de cumbre, los mandatarios destacaron su intención de hacer pagar a Rusia “costos severos e inmediatos” a través de sanciones económicas.
Sin entrar en detalles, prometieron aplicar límites a los precios de los combustibles fósiles, así como también prohibir importaciones de petróleo ruso a partir de ciertos niveles.
Además, acordaron una prohibición de las importaciones de oro ruso y dijeron que ayudarán a los países afectados por el bloqueo de granos que no pueden salir de los puertos ucranianos del mar Negro.
Se destraba el ingreso de Suecia y Finlandia a la OTAN
Los líderes de los 30 países de la OTAN iniciaron ayer una cumbre en España para calibrar su respuesta a la invasión rusa de Ucrania, que según la alianza ha provocado un “cambio fundamental” en la geopolítica global que los obliga a aumentar el gasto en defensa.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anfitrión, recibió en Madrid al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y dijo que el organismo buscará enviar al mundo “un mensaje de unidad de democracias, que se reúnen para defender la democracia y sus valores”.
Además de la ayuda militar y económica a Ucrania, otro de los temas del encuentro será el ingreso en la Alianza de dos vecinos de Rusia, Suecia y Finlandia, posibilidad que estaba trabada por Turquía.
Sin embargo, en un giro inesperado, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, firmó ayer un acuerdo con la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, y su par de Finlandia, Saulio Niinisto, que habilita el ingreso de ambos países a la OTAN.
“Los pasos concretos para nuestro acceso serán acordados por los aliados de la OTAN en los próximos dos días, pero la decisión es inminente”, anticipó Niinisto a la prensa.