El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció ayer que movilizará parcialmente las reservas del Ejército Rojo para defender los territorios sobre los que avanzaron en Ucrania.
Este anuncio se da en la previa a los referendos que realizarán desde mañana cuatro regiones ucranianas para adherirse a la Federación Rusa.
Los reservistas son cerca de 300.000 civiles con experiencia en combates, el 1% de las 25 millones de personas que podrían movilizarse.
El Ministerio de Defensa ruso busca “reforzar” la presencia militar en más de 1.000 kilómetros que abarcan las líneas de contacto.
Tras el anuncio, hubo protestas en 38 ciudades bajo la consiga “¡No a la guerra!” que terminaron con más de 1.000 detenciones.
El decreto anunciado también impide a la mayoría de los soldados profesionales poner fin a sus contratos. Además, Putin afirmó que está determinado a usar todos los medios a su alcance para proteger el territorio de Rusia, en lo que pareció una velada amenaza de usar el arsenal nuclear ruso.
Las declaraciones se dieron en paralelo a la Asamblea de Naciones Unidas, a la cual Putin no asistió. Desde Nueva York, diplomáticos ucranianos y de Occidente consideraron que es una acción “desesperada”.