Buques de guerra rusos zarparon ayer para participar en ejercicios navales conjuntos con China, en un entrenamiento que intenta mostrar los lazos de defensa cada vez más estrechos entre ambos países, que enfrentan tensiones con Estados Unidos.
El ministerio de Defensa ruso informó ayer en un comunicado que el crucero de misiles Varyag, el destructor Marshal Shaposhnikov y dos corbetas de la Flota del Pacífico de Rusia participarán en las maniobras en el Mar de China Oriental a partir de mañana. En ese marco, la cartera detalló que la Armada china planea desplegar varios buques de guerra diseñados para superficie y un submarino para el ejercicio. Aeronaves rusas y chinas también participarán en los simulacros, según las autoridades rusas.
“El principal objetivo de los ejercicios es reforzar la cooperación naval entre Rusia y China, y mantener la paz y la estabilidad en la región Asia-Pacífico”, prosiguió en su mensaje el ministerio. A fines de noviembre, Rusia había anunciado que una escuadrilla de bombarderos estratégicos rusos y chinos había efectuado una vigilancia aérea sobre el mar de Japón y el mar de China Oriental.
En los últimos meses, Rusia ha tratado de fortalecer sus vínculos con los países asiáticos, sobre todo con China, como respuesta a las sanciones occidentales impuestas a Rusia tras su ofensiva contra Ucrania. Así, Moscú y Beijing se presentan como contrapeso geopolítico frente a Estados Unidos y sus aliados. En ese sentido, en el mes de septiembre, China envió más de 2.000 soldados y más de 300 vehículos militares, 21 aviones de combate y tres buques de guerra para un extenso ejercicio conjunto con Rusia.
Por otro lado, el país asiático no condenó la invasión militar de Rusia en Ucrania pero, pese a la amistad “sin límites” que afirma tener con Moscú, se negó a apoyar a Rusia con armas. Como contracara, culpa a Estados Unidos y la OTAN por provocar al Kremlin, y ha arremetido contra las sanciones impuestas a Rusia.
El país comandado por Vladimir Putin, a cambio, ha respaldado firmemente a China entre tensiones con Estados Unidos sobre Taiwán. En ese sentido, Estados Unidos realiza un equilibrio entre sus esfuerzos en Ucrania, donde busca responder a las acciones de Rusia, y su estrategia en Asia para disuadir a China especialmente de cualquier avance en Taiwán.
Este año, la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, a la isla de Taiwán, cuya soberanía reclama China, tensó aún más los vínculos entre ambas potencias, ya que China considera que Taiwán es una parte de su territorio y busca retomar el control, por la fuerza si fuera necesario.
La UE definió un tope de 180 euros al gas
Los Estados miembros de la Unión Europea (UE) acordaron ayer aplicar un tope de 180 euros el megavatio por hora (mwh) al precio del gas ruso que importa el bloque pese a la oposición de Rusia, que lo calificó de “inaceptable” y advirtió que debe “sopesar los pros y los contra” del trato de la UE.
El ministro checo Jozef Sikela, cuyo país ocupa la presidencia de turno en la UE, mencionó que los ministros de Energía europeos “han alcanzado un importante acuerdo que protegerá a los ciudadanos de la escalada de los precios de la energía, con un mecanismo realista y eficaz que incluye las garantías necesarias para la seguridad del suministro y la estabilidad de los mercados financieros”.
Rusia, por su parte, calificó de “inaceptable” el acuerdo: “Es una violación de la fijación de precios, una infracción de los procesos de mercado”, declaró el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.