El primer ministro Benjamin Netanyahu cumplió dos meses en el gobierno de Israel y ya enfrenta cuestionamientos tanto internos, con sus propuestas de reforma judicial y de pena de muerte para atacantes palestinos, como externos, tras una escalada de violencia en la ocupada Palestina que incluyó un ataque a un poblado por parte de colonos judíos.
La conflictividad que enfrenta Netanyahu es parte de su propia decisión de avanzar en una reforma judicial que el Parlamento (Knesset) tiene previsto aprobar este mes y que incluye dos aspectos que la oposición estima que no respetarían la división de poderes.
El primero es la potencial ampliación de las atribuciones de la Knesset -con mayoría oficialista- en detrimento de las de la Corte Suprema, ya que los legisladores podrían anular decisiones del máximo tribunal con una mera mayoría simple, es decir, 61 votos del total de las 120 bancas.
El segundo punto, y no el último en el foco de las críticas, es una modificación del Comité de Selección Judicial (CSJ), responsable de nombramientos, promoción y remoción de jueces. La reforma inclinaría las designaciones casi por completo como un atributo del gobierno de turno. En la actualidad, en el CSJ los jueces tienen poder de veto.
En ese contexto, unas 300.000 personas protestaron el sábado en Israel por noveno fin de semana consecutivo, en contra del proyecto de reforma judicial. La Policía declaró ilegal la manifestación después de que unos 200 manifestantes saltaran las vallas de seguridad e iniciaran un fuego con el objeto de bloquear una autopista en las inmediaciones de HaShalom, la principal estación ferroviaria de Tel Aviv. Los uniformados los dispersaron con caballería y cañones de agua.
Las manifestaciones contra la reforma judicial en Israel coinciden con uno de los periodos más violentos en años en Cisjordania y Jerusalén este, con más de 60 muertos del lado palestino y 14 del lado israelí en operativos militares y ataques en lo que va el año.
Delegaciones oficiales de israelíes y palestinos se reunieron en Jordania el domingo pasado y confirmaron “su compromiso conjunto” para poner fin a medidas unilaterales, como una expansión de las colonias que había anunciado Netanyahu.