Tras el ballotage del domingo y con un gran reconocimiento por parte de decenas de líderes mundiales, el nuevo presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, encarnará un nuevo capítulo en la economía más importante de América Latina.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) hizo historia al convertirse en el primer mandatario electo para un tercer mandato en el gigante del sur. Poco después de conocerse los resultados, Lula brindó una conferencia de prensa desde San Pablo donde presentó sus ejes de gestión: erradicación del hambre y la pobreza extrema, políticas para la equidad social y protección del ambiente, además de la reindustrialización del país. “Voy a gobernar para todos los 215 millones de brasileños, incluso para quienes no me votaron. No existen dos Brasil”, afirmó en tono conciliador.
“Brasil es un país grande y no puede estar relegado al nivel de paria que se encuentra actualmente”, apuntó, tras recordar que durante su gestión anterior fueron creados los Brics, la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur) y se reforzó el Mercosur.
Se pronunció sobre el ambiente, un tema crucial en el cual recibió gran apoyo internacional por sus políticas de gestión durante sus mandatos anteriores desaceleraron la deforestación en la Amazonía. “Brasil y el planeta necesitan de una Amazonia viva. Un árbol en pie vale más que la deforestación, el río limpio vale más que todo el oro extraído con las aguas contaminadas por mercurio”, manifestó, a diferencia de Bolsonaro quien priorizó el extractivismo y el agronegocio sobre la protección de la selva más grande del planeta.
En materia económica, detalló: “No nos interesan los acuerdos comerciales que condenan a nuestro país al eterno papel de exportador de commodities y materias primas. Reindustrialicemos Brasil, invirtamos en la economía verde y digital, y apoyemos la creatividad de nuestros emprendedores y emprendedoras. También queremos exportar conocimiento”.
Tras la derrota, Bolsonaro se aisló en el Palacio del Planalto, sede del Gobierno. Estuvo allí casi un día, sin hacer declaraciones ni reconocer los resultados. Se llamó al silencio y solo se reunió con su compañero de fórmula, el general Walter Braga Netto, y con uno de sus hijos, el senador Flavio Bolsonaro, quien fue coordinador de la campaña electoral. Ante el hermetismo, el Tribunal Superior Electoral (TSE) anunció que el resultado era irreversible. “No hay riesgo” de impugnar los resultados, comunicó el titular del TSE, Alexandre de Moraes. Más allá del silencio del líder de ultraderecha, sus simpatizantes intervinieron el espacio público. Camioneros y otros manifestantes bloquearon ayer rutas en al menos 11 estados. Los bloqueos comenzaron tras el anuncio de la victoria de Lula. Cientos de policías se posicionaron en el ingreso a la Explanada de los Ministerios, la avenida que pasa frente a los palacios donde funcionan los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en Brasilia como “medida preventiva” ante el temor de un intento de ocupación.
El nordeste votó al PT, mientras el sur se inclinó por el PL
La distribución de los votos refleja el mapa de un país dividido. De los 27 estados, el líder del PT se consolidó en 13 y el dirigente del Partido Liberal (PL) se impuso en los 14 restantes.
Si se consideran los tres distritos electorales más grandes, el resultado repitió el escenario de la primera vuelta electoral del 2 de octubre: Lula se quedó con Minas Gerais (segundo más grande) y Bolsonaro con San Pablo (primero) y Río de Janeiro (tercero).
Si se revisan los resultados sobre las cinco regiones, se observa que los nueves estados que confirman el Nordeste prefirieron al PT. En cambio, en el Sur y Medio Oeste, los siete estados (incluido el Distrito Federal, Brasilia) prefirieron al PL. En la región Norte, el Amazonas, Pará y Tocantins le dieron la victoria a Lula. Bolsonaro se quedó con Acre, Amapá, Rondônia y Roraima.
San Pablo: el nuevo gobierno se aleja del bolsonarismo
El gobernador electo del estado de San Pablo, el ex ministro bolsonarista Tarsicio de Freitas, reconoció la victoria de Lula con quien dijo que quiere trabajar.
“San Pablo es el estado más importante y rico de Brasil. Cuando nos convoque (Lula) estaremos ahí y buscaremos siempre lo mejor de San Pablo con el gobierno federal”, aseguró Freitas.
Según analistas, el mensaje es una señal de distancia de Freitas del bolsonarismo. El nuevo gobernador estuvo a cargo de Infraestructura y pertenece a Republicanos, una fuerza vinculada a la Iglesia Universal y en una coalición con el Partido Social Demócrata.
El candidato del PT, Fernando Haddad, reconoció el resultado por 55% a 44% y desde el partido consideraron que fue “la mejor elección” en un estado caracterizado por ser consevador y contrario al petismo.