El 10 de abril de 2025, Donald Trump anunció que los aranceles a los productos chinos se elevarían a un 145%, lo que desató una nueva ola de volatilidad en los mercados financieros internacionales. Este aumento, que se agrega al 20% de los aranceles previos en el marco de la lucha contra el tráfico de fentanilo, ha provocado una caída significativa en los principales índices bursátiles de Nueva York, con pérdidas del 2,50% en el Dow Jones y un descenso aún mayor en el Nasdaq.
El anuncio, realizado tras un período de incertidumbre y expectativas de desescalada, terminó por decepcionar a los mercados, que confiaban en un alivio en las tensiones comerciales. La situación también afectó gravemente a las bolsas latinoamericanas, especialmente a los ADRs de empresas argentinas, con bajas de hasta 8%. Los mercados asiáticos y europeos, en contraste, mostraron signos de recuperación.
China, por su parte, ha reaccionado con firmeza, afirmando que «luchará hasta el final» y que su puerta sigue abierta a negociaciones. Sin embargo, el gobierno chino ha advertido que las conversaciones deben ser «en pie de igualdad», y ha reducido el número de películas estadounidenses proyectadas en su territorio como parte de sus represalias.
Por otro lado, Trump mantiene un tono ambiguo, asegurando que su administración está «muy cerca» de un acuerdo, pero enfatizando que no aceptará un pacto que no sea favorable para Estados Unidos. Mientras tanto, otros países como la Unión Europea se han mostrado dispuestos a negociar, aunque con una actitud cautelosa frente a las políticas estadounidenses.
La guerra comercial entre ambas potencias sigue siendo un tema central en la política económica mundial, con efectos directos en los mercados, las empresas y la diplomacia internacional.
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