En una controvertida decisión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que habilita a los gobiernos locales a desalojar a personas sin hogar de los espacios públicos. La medida, que ya generó un fuerte rechazo de organizaciones sociales, busca redirigir fondos federales hacia tratamientos de adicciones y centros de rehabilitación, y se enmarca en un plan más amplio para “poner fin a la crisis de vivienda”, según sostuvo la Casa Blanca.
El decreto presidencial ordena a la secretaria de Justicia, Pam Bondi, trabajar en la reversión de fallos judiciales y acuerdos que limitan la intervención estatal sobre las personas en situación de calle. También instruye a coordinar con otras dependencias federales para facilitar la financiación a aquellos estados y ciudades que tomen medidas contra el consumo de drogas en público, la instalación de carpas, el merodeo y la ocupación ilegal de espacios.
“Justo afuera había algunas carpas, y las están sacando ahora mismo. No podemos permitir eso, especialmente en Washington”, declaró Trump este viernes desde el jardín sur de la Casa Blanca. Y agregó: “Los líderes vienen a verme para cerrar acuerdos multimillonarios, y lo primero que ven son carpas en las calles. No da una buena imagen”.
La secretaria de Prensa, Karoline Leavitt, defendió la iniciativa afirmando que forma parte del compromiso del mandatario de “acabar con la falta de vivienda en todo Estados Unidos”. Según explicó, se busca garantizar seguridad en los vecindarios y brindar asistencia a quienes padecen adicciones o problemas de salud mental.
Sin embargo, las críticas no tardaron en llegar. Donald Whitehead, director ejecutivo de la Coalición Nacional para las Personas sin Hogar, denunció que el decreto representa un enfoque punitivo que “ha fracasado sistemáticamente” en resolver la problemática habitacional. En la misma línea, el Centro Nacional de Derecho sobre la Falta de Vivienda advirtió que se trata de una política que “criminaliza la pobreza” y profundiza la vulnerabilidad de las personas afectadas.
La decisión presidencial se produce un mes después de que la Corte Suprema respaldara a una ciudad de Oregon que había sancionado a personas sin hogar por dormir al aire libre, sentando un precedente legal a favor de este tipo de intervenciones.
Actualmente, más de 771.800 personas carecen de vivienda en EE.UU., de acuerdo con el relevamiento anual realizado por el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) en enero de 2024, lo que marca un aumento del 18,1% respecto al año anterior. En ese contexto, varias ciudades han endurecido sus normativas contra el uso del espacio público por parte de personas sin techo, aunque sin ofrecer alternativas habitacionales sostenibles.