En un gesto que busca sostener el diálogo diplomático con Irán, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló que le pidió al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que se abstenga de realizar cualquier operación militar contra la República Islámica. La advertencia se produce en un contexto delicado, con negociaciones en curso para reactivar el acuerdo nuclear, del que Washington se había retirado en 2018.
“Le dije que no creo que sea apropiado”, afirmó Trump en referencia a una conversación telefónica mantenida con Netanyahu la semana pasada. “Estamos teniendo muy buenas conversaciones con Irán. Creo que ellos quieren llegar a un acuerdo y, si lo logramos, se salvan muchas vidas”, agregó el exmandatario en declaraciones a la prensa recogidas por el portal RFI.
Las conversaciones entre Estados Unidos e Irán, facilitadas por la mediación de Omán desde el pasado 12 de abril, marcan un giro respecto a los años anteriores. Se trata de los primeros contactos de alto nivel desde que la administración Trump abandonó el acuerdo firmado en 2015 entre Irán y las potencias internacionales, que imponía límites al programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones económicas.
Sin embargo, la tensión regional no cede. Israel ha reiterado sus amenazas de intervenir militarmente contra las instalaciones nucleares iraníes, y según medios estadounidenses, ya estaría realizando preparativos en esa dirección. A pesar de que Trump no descarta completamente la vía militar, dejó en claro que prefiere priorizar la negociación.
En tanto, Teherán mostró una señal de apertura al anunciar que podría autorizar la entrada de inspectores estadounidenses del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), siempre y cuando se llegue a un acuerdo que contemple sus condiciones. El jefe del programa nuclear iraní, Mohamad Eslami, indicó que Irán podría “reconsiderar” su rechazo a la supervisión por parte de inspectores de países que históricamente han mostrado una actitud “hostil”.
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, actualmente de visita en Omán, agradeció los esfuerzos del país del Golfo en el rol de mediador. Por su parte, el jefe de la diplomacia iraní, Abas Araghchi, anticipó que “la fecha de la próxima ronda de negociaciones probablemente se definirá en los próximos días”.
No obstante, desde Teherán remarcan que el enriquecimiento de uranio no será parte de la negociación. Mientras tanto, la posición de Washington sigue siendo que Irán no debería enriquecer uranio bajo ningún nivel, ni siquiera con fines civiles.
El complejo equilibrio entre diplomacia y amenazas militares vuelve a poner a Medio Oriente en el centro de la política internacional, con el riesgo de que cualquier paso en falso pueda desestabilizar nuevamente la región.