La incertidumbre sobre una posible intervención militar en Níger se mantenía ayer, a pocas horas del vencimiento de un ultimátum dado por países vecinos a los militares nigerinos que dieron un golpe de estado y detuvieron al presidente Mohamed Bazoum.
El 30 de julio, los líderes de 30 países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) dieron a los golpistas siete días para restablecer a Bazoum en su cargo, sin descartar la utilización de “la fuerza” en caso de incumplimiento.
El plazo del ultimátum culminaba esta madrugada, pero la junta que tomó el poder el 26 de julio en Niamey, la capital nigerina, no había mostrado ninguna disposición a ceder.
Por su parte, el destituido primer ministro del país, Ouhoumoudou Mahamadou, advirtió que la desestabilización puede provocar un aumento de la presencia yihadista.