Los valores del cooperativismo, el territorio y la sinergia

Por Ramón Mestre

Los valores del cooperativismo, el territorio y la sinergia

Tiempos de pandemia. No es novedad. Si bien las brechas han aumentado es necesario, más que nunca, el trabajo articulado a partir de la sinergia. ¿De quiénes? Principalmente, de las organizaciones, de los gremios, de los partidos políticos y del Estado. Esa forma de trabajo pone de relieve tres grandes responsabilidades: construir escucha horizontal, diagnosticar y elaborar una estrategia para el desarrollo.

En ese sentido, el cooperativismo, que hace unos días celebró su Día Internacional -el sábado 3 de julio- dispone de una serie de conceptos y de herramientas que marcan un norte y aportan muchísimo para la sociedad que necesitamos: la asociación voluntaria y abierta; el control democrático por los asociados y asociadas; la participación económica de los asociados; la autonomía e independencia; la educación, capacitación e información; la cooperación y la preocupación por la comunidad.

Muchos de estos valores son centrales hoy para construir el presente y el futuro de nuestras comunidades y, en especial, para generar más oportunidades a partir de la educación, la ciencia, la tecnología y el conocimiento. El desafío es trabajar fuertemente desde distintos liderazgos y alcanzar el desarrollo.

Sin lugar a dudas el sistema cooperativo, que tiene un largo camino recorrido, supo ser resiliente e, incluso, salir fortalecido desde aquel lejano 1844, marcado por una crisis sin precedentes y, hasta nuestros días.

En Argentina, se registran 17 millones de cooperativistas, de los cuales, más de 800.000 viven en la provincia de Córdoba. Más que un importante número, representa el esfuerzo de hombres y mujeres que están comprometidos con el desarrollo local y que sustentan el crecimiento social y económico de Córdoba, con valores y principios solidarios que priorizan siempre a la persona.

Hablo de cooperativas del sector agrario, eléctricas y de servicios públicos, de consumo, de crédito y seguros, de salud, de viviendas y de trabajo. Una de sus responsabilidades es la articulación con el Estado y otras organizaciones, en post de gestionar nuevas interacciones en el territorio y producir colaboración y armonía. También, hacer fuerza para instalar en la agenda pública temas como la planificación estratégica en el territorio, el desarrollo local y una nueva política social desde las mujeres y la diversidad.

Durante nuestra gestión en la ciudad de Córdoba, que finalizó en diciembre de 2019, vivimos una experiencia que nos ayudó a comprender la importancia del vínculo con el Estado. Me refiero a la obra de servicio de provisión de mano de obra para la construcción de unidades habitacionales en la zona de Blas Pascal. Desde allí, licitamos una obra y se presentó una cooperativa para realizar el trabajo. La misma ganó aquella licitación, cumpliendo todos los requisitos legales con el agregado que para realizar la obra se asociaron vecinos y vecinas, poniendo en marcha el ejercicio de la economía social.

La obra y el trabajo articulado en conjunto con el Estado, el trabajo cooperativo y el compromiso de los vecinos le permitió a la comunidad resolver su reubicación, los servicios y, a partir de ser actores y actrices centrales del proceso, trabajar y opinar.

El barrio se fue haciendo con los vecinos y vecinas. Hoy, es prácticamente inimaginable un Estado que de manera verticalista tome decisiones. Las comunidades tienen un rol central y es necesario el debate horizontal y la construcción de consensos.

Con la articulación trazada entre las tres cooperativas involucradas y los vecinos y vecinas, alcanzamos un nuevo imaginario urbano. Se trata de tensionar, dialogar y resolver.

Así, vuelvo al inicio de mis palabras: esta pandemia nos tiene que enseñar que, para crecer en comunidad, necesitamos de los valores del cooperativismo. Solo con voluntad, solidaridad y acción podemos contribuir al desarrollo de las ciudades, para que sean más inclusivas y sustentables.

Estos tiempos complejos nos ponen ante nuevos desafíos, empezando por resaltar la vocación de protagonismo y el fortalecimiento de la democracia, en la construcción de sociedades más justas e igualitarias.

 

Presidente del Centro de Planificación Estratégica de Córdoba.

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