La mediación en China

Por Federico Vélez

La mediación en China

¿Qué es la mediación? Es un método alternativo de resolución de controversias en la que interviene un tercero imparcial para ayudar a las partes a llegar a un acuerdo. Frente al predominio tradicional del juicio, surgieron alternativas como la mediación, el arbitraje, la conciliación, entre otras. En esta nota se analiza la particularidad del caso chino.

Antecedentes

Li Xinwei, académico de referencia especializado en esta temática, señala los rastros desde el periodo dinástico. En este sentido, cita a Sima Qian, padre de la historiografía china, quien describe, basándose en la leyenda de “Los tres augustos y los cinco emperadores” el caso de Shun, que acude ante un conflicto de unos agricultores de la montaña Li y los pescadores del lago Lei. Tras convivir y hablar con ellos, logró crear un clima amistoso y cordial entre ambas partes. Esta hazaña hizo que el emperador Yao le ceda el trono.

Durante la dinastía Zhou Occidental (1046-771 aC) se creó el cargo de Diaoren, que tenía como función atender las problemáticas de la gente y contribuir en la armonización social. Avanzando en el tiempo, en la dinastía Tang (618-917 dC) las disputas debían resolverse primero por mediación y en caso de no prosperar, recién se podía pasar al litigio. La dinastía Yuan (1209-1368) produjo un aumento exponencial de conflictos sobre inmuebles provocados por préstamos asegurados con viviendas. De esta forma, la mediación nuevamente fue el método predilecto elegido por el gobierno.

El sistema actual

El sistema jurídico chino reconoce dos tipos de mediación: popular y judicial. La primera, también llamada “extrajudicial”, se aplicó en los primeros años del partido comunista y posteriormente con la instauración de la República Popular.

Se caracteriza por una postura flexible para actuar, lo que provoca un alejamiento al apego estricto de la ley. Este distanciamiento, por su parte, ha sido el responsable de una percepción negativa a la hora de optar por este método y que se ha prolongado por décadas. Quienes lo ejercen son los comités de mediación guiados por el ministerio de Justicia. En el plano normativo, el año 2010 marcó un hito importante al aprobarse la “ley de mediación popular” que entró en vigencia el 1 de enero del año siguiente.

Por otro lado, la mediación judicial se encuentra regida por los artículos 93-99 de la Ley de Procedimiento Civil. Puede ser invocada en cualquier fase del litigio y tuvo dos versiones. En la de 1982, la mediación se constituye como un principio y tiene prioridad sobre el juicio. En 1991, la nueva actualización establece el principio de voluntariedad y legalidad de la mediación.

En idioma chino, el término mediación se traduce como “tiáo jiě”. Sin embargo, existe un problema dado que las críticas sostienen que no corresponde con la noción occidental de mediación, algunos lo emparentan más bien con la conciliación, o con ninguno de los dos.

En términos numéricos, según el portal “Mondo ADR” tan sólo en el año 2010 se registraron siete millones de casos de mediación; y de acuerdo al Weinstein International Foundation, existen más de cuatro millones de mediadores populares.

En 2004, el gobierno chino bajo el mandato de Hu Jintao propuso el objetivo de crear una “sociedad armónica”, y, en este sentido, la diversificación de los métodos jurídicos para resolver conflictos es vital, en orden de llegar a una sociedad que apueste por la paz y lo no adversarial.

Dos modelos enfrentados

Desde una perspectiva comparada, se puede decir que la mediación en China se ha caracterizado por ser connatural a esta cultura milenaria, contando con una larga tradición histórica. Al tener al orden, el equilibrio y la armonía como estandartes de la sociedad, la mediación es especialmente promovida y apoyada por el gobierno bajo el mando del Partido Comunista Chino (PCC).

No obstante, la mediación china sufre ciertas debilidades: falta de mejora continua, exceso de mediación en centros públicos con poco margen para el rol privado, y debilidad en la implementación de técnicas y modelos.

Por otro lado, en Occidente se consolidó desde mediados del siglo pasado como una forma alternativa de resolución de conflictos frente a la centralidad de los juicios y la figura del abogado demandante. Para diferenciarlos, Li Xinwei se refiere al primero como un “panda domesticado” debido al fuerte apoyo estatal en lo financiero, institucional y técnico, mientras que en el segundo habla de un “panda en parque natural” dado las dificultades que afrontan la profesión y el enorme esfuerzo para subsistir en el mercado.

A nivel internacional, la Convención de Naciones Unidas sobre el establecimiento de acuerdos resultantes de la mediación, también conocida como Convención de Mediación de Singapur, fue adoptada por la Asamblea de la ONU en diciembre de 2018. China sumó su adhesión un año después, lo que le permitiría al país beneficios potenciales, como la posibilidad de resolver sus disputas fronterizas y servir de medio eficaz para hacer frente a los conflictos del ámbito comercial e internacional.

Como particularidad, cabe resaltar que, tanto Reino Unido como Japón y la Unión Europa, no están incluidos entre los signatarios.

Saber que el país más poblado del mundo fomenta la mediación significa apostar hacia una cultura de la paz. En otras palabras, implica la posibilidad de resolver las diferencias a través del diálogo, derribar la idea que sólo puede haber un único ganador, y la importancia de llevar adelante prácticas que permitan restaurar el vínculo quebrado entre las partes.

El escenario internacional ha dejado en claro que la guerra es una constante y está lejos de quedar en el pasado. Mientras los países sigan persiguiendo sus intereses a cualquier costo, y viendo a su contraparte como un enemigo natural e inevitable, las ideas de paz y armonía seguirán presentes en un horizonte inalcanzable.

Salir de la versión móvil