La UBA, en la élite mundial de la educación

Por Javier Giletta

La UBA, en la élite mundial de la educación

La Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) mantuvo su posición en el ranking de carreras por disciplina que todos los años elabora la QS Quacquarelli Symonds, que es una consultora británica especializada en educación superior. Así, al igual que en 2022, la UBA logró ubicar a cinco de sus carreras en el “top 50” mundial, es decir, entre las 50 mejor ponderadas del globo en su respectiva disciplina. Estas fueron: Lenguas modernas (21º); Antropología (27º); Ingeniería petrolera (29º); Derecho (33º) y Sociología (41º).

En todos los casos, además, mejoró su posicionamiento con relación al ranking del año anterior, puesto que Lenguas modernas pasó del puesto 25 al 21, Antropología ganó cinco lugares, Ingeniería petrolera y Derecho avanzaron siete puestos cada una, y Sociología dos. Otro dato relevante es que la carrera de Medicina fue la que más mejoró en Argentina, escalando 10 posiciones, para quedar 141º del ranking mundial.

Cabe aclarar que para elaborar esta lista se analizan en total unos 15.700 programas universitarios, cursados por estudiantes de 1.594 universidades diferentes, distribuidas en 93 países. Concretamente, este año las universidades argentinas lograron posicionar 81 programas dentro del ranking a nivel global; a su vez, dentro de los 100 programas más destacados por disciplina, hubo 13 argentinos.

Aunque este dato podría llamar la atención de quienes no siguen de cerca la evolución de la educación superior en nuestro país, en rigor su rendimiento se ha mantenido estable, con 22 programas que mejoraron, 19 que descendieron y 38 que permanecieron sin cambios. En tanto, dos carreras (Derecho e Ingeniería mecánica), de la Universidad Nacional de La Plata, ingresaron por primera vez en este prestigioso listado.

En este sentido, “la clasificación muestra que Argentina es fuerte en Artes y Humanidades, ya que seis de las 10 asignaturas mejor rankeadas pertenecen a esta área de estudio. De ellas, cuatro se cursan en la UBA, incluida la carrera mejor clasificada, Lenguas modernas”, aseguraron los analistas.

La “reputación académica” es el aspecto en el que más avanzó la Argentina desde el año pasado, con un 68% de sus disciplinas que mejoraron su clasificación. En cambio, es en “investigación” (tanto nacional como internacional), donde quedamos ubicados por detrás de la media mundial, lo que evidencia que éste sigue siendo uno de los principales déficit que exhibe nuestra educación superior.

De todos modos, Argentina continúa lejos de sus vecinos en cuanto al posicionamiento de sus carreras universitarias. Y no sólo de Brasil, que es líder en la región, con casi 300 programas, sino también de Chile, que cuenta con 152, México y Colombia, con 142 y 124 programas, respectivamente. Detrás de nuestro país, con menos carreras clasificadas, están Perú (28), Ecuador (9), Uruguay (7), Costa Rica (6), Venezuela (3) y Puerto Rico (2).

En cuanto a Latinoamérica, se destaca el posicionamiento obtenido por las universidades chilenas, ya que la Universidad Católica de Chile está en primer lugar, seguida por la Universidad de San Pablo, de Brasil; y la Universidad de Chile. Esto significa que entre las tres primeras universidades sudamericanas se encuentran dos chilenas. Luego, se ubican la Tecnológica de Monterrey (México), la Universidad de Campiñas (Unicamp), la Universidad de los Andes (Colombia) y la Universidad Autónoma de México (UNAM).

Recién en el 9º puesto aparece la casa de altos estudios porteña, que se consolida como la mejor del país y una de las mejores de la región (hoy está en el top 10 de Latinoamérica). Además, en el último ranking QS, figuran otras cinco universidades argentinas entre las primeras 50 de la región. Ellas son: la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); la Universidad Austral; la Universidad Torcuato Di Tella; nuestra Universidad Nacional de Córdoba (ubicada en la posición 39); y la Universidad Católica Argentina. El propio vicepresidente de la estratégica consultora, Ben Sowter, afirmó que “la edición de este año del Ranking QS World University by Subject muestra una tendencia positiva para el sector de la educación universitaria en Argentina”. Y no deja de sorprendernos que, en un país que está desde hace años sumido en una profunda crisis (y no sólo en el plano económico), su sistema educativo siga resistiendo, manteniendo un rendimiento relativamente estable e incluso con una proyección positiva en el nivel superior, pese a no ser prioridad para los gobiernos y a que la inversión en esta materia dista mucho de ser la ideal.

Quizás el esfuerzo, la formación, dedicación y vocación de nuestros docentes contribuya a explicar en parte este verdadero milagro argentino.

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