Los jóvenes y la recepción de la psicología en China

Por Federico Vélez

Los jóvenes y la recepción de la psicología en China

La psicología es una disciplina que experimenta una demanda creciente en nuestra sociedad occidental. La necesidad de atender diversas problemáticas cada vez mayores que aquejan la salud mental expresa este marcado interés. En este sentido, la visita al psicólogo se ha vuelto un acto tan normal como acudir al médico de cabecera. Pero existe un interrogante desapercibido, digno de ser analizado y que surge cuando se traslada la mirada hacia otras latitudes, como China. Vale preguntarse entonces cómo se ha constituido la disciplina en este país y que tiene para decir la cultura china sobre la mente humana.

Para empezar, sabemos que la psicología es una producción europea, cuyos inicios científicos datan de finales del siglo XIX, de la mano de Wilhem Wundt, y, posteriormente, con Freud como padre del psicoanálisis. En China, la psicología fue importada junto a la medicina occidental. En 1898, el misionero John Kerr abrió una residencia para personas con enfermedades mentales en Cantón. En las primeras décadas del siglo XX, varias obras freudianas fueron traducidas al chino, y en 1917 se fundó en Beijing el primer instituto de psicología.

Como señalan Douglas Kirsner (profesor de psicoanálisis de la Univeridad de Deakin) y Elise Snyder (presidente de la China American Pysicoanaltyic Alliance), una particularidad destacable es que nunca llegó una forma “pura” de la psicología, ya que ésta estuvo desde el primer momento sujeta a interpretaciones y adaptaciones locales, por tanto, como ha sucedido en otros casos, se obtuvo una “psicología con características chinas”.

“La interpretación de los sueños”, una de las obras más significativas de Sigmund Freud, causó polémica debido a sus referencias sexuales, por lo que fue alterada y reinterpretada y, en algunos casos, llego incluso a ser censurada por desafiar los valores confucianos de la familia.

Aunque no fue central en sus análisis, China no escapó de la mirada de Freud. En sus escritos, establece una comparación entre la importancia de comprender los caracteres chinos en su contexto y la interpretación de los sueños en contexto. Además, describió el caso de las mujeres chinas, que vendaban sus pies como un acto de fetichismo.

Con la llegada de la República Popular China, el panorama cambió radicalmente. La psicología fue dejada de lado, y la psiquiatría siguió el modelo soviético.

La Revolución Cultural sacudió el tablero totalmente: la psicología fue tratada como pseudociencia, los padecimientos mentales eran vistos como causados por políticas incorrectas del Estado y, por tanto, era necesario una educación socialista. En cuanto a Freud, fue acusado de pansexualismo. Este oscurantismo desaparece con la llegada de Deng Xiaoping y sus políticas de reforma estatal y apertura.

Un vistazo al pasado

Una idea compartida por la comunidad de sinólogos es la concepción holística de cuerpo y mente presente en la antigua China. Dicha postura supone entender al ser humano como una unidad, como un conjunto donde cuerpo y mente están integrados, en oposición al dualismo cartesiano que prosperó en Occidente y que separaba al sujeto en una dicotomía físico-mental.

En esta misma línea, la medicina tradicional china fue catalogada como holista. Leon Hammer, psiquiatra y profesional de la medicina china, escritor de varias obras sobre el tema, afirma que este tipo de medicina realiza un diagnóstico integral del paciente, su preocupación al abordar su estado de salud es conjuntamente tanto física como psíquica. La persona es una sola, no puede ser analizada como si estuviese compuesta por dos universos completamente aislados. Además, Hammer revela que la etiología de las enfermedades, desde esta concepción china, se divide en tres categorías, y una de ellas (la más relevante) son los “Demonios Interiores”, expresión metafórica que alude a las emociones.

Un pilar fundamental de este holismo chino es el carácter xin, que puede traducirse actualmente como corazón, pero también como mente. Xin se entendía como este órgano físico, pero asimismo como una sede de emociones, sentimientos y de la cognición (lo que hoy se asocia con la mente).

De esta forma, para los expertos, un solo concepto hacía referencia a dos planos unificados, donde lo mental no tiene una ubicación ajena al cuerpo. En otras palabras, no existía una distinción real entre cuerpo y mente. No obstante, Edward Slingerland, sinólogo canadiense-estadounidense y profesor de filosofía de la Universidad de Columbia Británica, va contracorriente de todos sus colegas, al sostener que la percepción de un holismo chino es falsa, pudiendo contrastar mente de cuerpo.

Mención aparte merece el análisis del rol crucial que han desempeñado las artes marciales, y el Zen, en el moldeamiento de la idiosincrasia y mentalidad de muchos países asiáticos.

Los problemas de China hoy

El mayor problema del país radica en la escasez de profesionales adecuados en el campo de la psicología y psiquiatría para atender la enorme demanda, acentuada aún más con la pandemia de Covid-19.

En 2017, se calculó que aproximadamente 100 millones de ciudadanos sufrían de algún trastorno mental, la mitad de ellos depresión. Según la revista The Lancet, la cifra aumentó a 173 millones en 2019. Ese mismo año, se lanzó el plan “Acción China Saludable”, con miras a mejorar el tratamiento de enfermedades mentales hacia 2030.

La ansiedad es otro trastorno de alcance global, y que en China adquiere una particularidad, dada la presión que ejercen los padres sobre sus hijos para que éstos contraigan matrimonio, tengan hijos o por las expectativas académicas.

Por otro lado, según los datos de la OMS, el rango de suicidio por cada 100.000 habitantes en China fue entre 5 y 9 personas en 2016.

Hablar de estos temas no es fácil en la sociedad china. Muchos consideran el tema como un tabú, creyendo que no es algo de lo que se deba conversar con otros, por lo tanto, pedir ayuda se hace imposible. El resultado es el relegamiento de la salud mental a un plano por debajo de lo somático.

En definitiva, ir al psicólogo sigue siendo inusual en una de las sociedades más pobladas y económicamente pujantes del mundo.

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