Entre me gusta y boletas: la militancia bajo control
La militancia peronista está con las marcas muy ajustadas y desde el “call center” se revisan las redes sociales de funcionarios, punteros, referentes barriales y simpatizantes que prometieron su voto. Muchos de ellos están controlados por una red que se reparte tareas y que luego deberá responder por los resultados en su zona de acción.
Conscientes de ese mecanismo proselitista desde el cuartel general de Defendamos Córdoba postearon en las redes “Si no te dejan ponerle me gusta a las publicaciones de Natalia ponelo en la boleta”. En el entorno de De la Sota entienden que hay un márgen importante de peronistas que no pueden ser presionados y que votarán con libertad cuando se ubiquen detrás de la cabina de cartón. “Han usado todos los mecanismos de coerción imaginables y a la gente les cayó mal, ojalá no tengan miedo de votar libremente” decía un candidato en la previa del cierre de Studio Theater.
El voto libertario que se esconde del encuestador
Un fenómeno que requiere estudios y bastantes análisis son los diferentes resultados entre encuestas presenciales y telefónicas con respecto a las preferencias de voto libertario. “Notamos que en las consultas cara a cara menos ciudadanos prefieren a Milei y sus candidatos pero en las telefónicas o electrónicas suben las adhesiones violeta. Eso no pasa con las otras fuerzas políticas y por eso creemos que detrás de esto hay un voto vergonzante” dice un consultor.
Este dato, detectado en al menos tres sondeos, encendió alarmas en el bunker de Provincias Unidas donde se venían recostando con confianza en las encuestas domiciliarias por creer que tienen menos márgen de error. “La gente es cada vez más difícil de indagar y no alcanza con un solo método” confiesa un entendido en el tema con varias campañas al hombro.
En el cierre de campaña, todos hacen sus lecturas
Dos veteranos militantes peronistas sin cargos ni funciones se acercaron en plan de curiosos al acto de cierre de campaña de Natalia de la Sota y se adelantaron a los análisis que se suelen hacer con los votos cantados. “Llaryora va a festejar cualquiera sea el resultado. Si gana Provincias Unidas podrá mostrar que en su distrito obtuvo un triunfo sobre los libertarios que cuatro meses atrás cantaban victoria por adelantado. Si pierde será una derrota de Schiaretti que deberá recalcular su estrategia hacia adentro del cordobesismo” decía en tono analítico.
Pero la pregunta que faltaba fue respondida sin demora por el otro interlocutor: “si Natalia hace una muy buena elección también pierde el Gringo que fue quien se opuso a un acuerdo con ella porque la veía muy cerca del kirchnerismo. Martín no tiene problemas con ella y la va a necesitar dentro del armado del 2027 porque dividido el peronismo pierde”.
WhatsApp, cargadores y consignas: así se vive la campaña por dentro
El mensaje de whatsapp llegó puntual a todos los funcionarios: desde ministros provinciales hasta subdirectores de la municipalidad. La cita fue en un club de la zona sur y las indicaciones eran claras: traigan el cargador del celular, lapiceras y cuaderno.
Los grupos que se formaron en el lugar tenían un coordinador y debían seguir las consignas que indicaba como postear en redes los mensajes del gobernador o los de Schiaretti a modo de “redazo”. Luego debían mandar mensajes a sus grupos de WA y poner a disposición de los organizadores una lista de contactos de no menos de 30 personas que respondan cuando los llamen para convencerlos de ir a votar.
Un participante que pidió estricta reserva aseguró que el clima de control y seguimiento resultó asfixiante para muchos de los participantes. “Yo ya había estado en Instituto en la previa de la elección de intendente y sabía lo que me esperaba pero otros tenían cara de ‘no quiero estar acá’” asegura.









