Un barzonismo a la Argentina

Por Fermín Bertossi

Un barzonismo a la Argentina

En Argentina, el fenómeno climático de La Niña (una de las inclemencias ecológicas que ya perjudicó durante tres años consecutivos a nuestro país, especialmente al sector agrícola, ganadero o agroalimentario), la expuso ferozmente a sufrir una de las peores sequías de la historia, con agudos déficits hídricos, pérdida de puestos de trabajo, cosechas, cabezas de ganado, etc. Estos fenómenos nos podrían estar sugiriendo recurrir a herramientas similares a las del barzonismo mexicano.

Baste señalar que, solamente en las zonas núcleo de Santa Fe o Córdoba, ya se declaró la emergencia y/o desastre agropecuario, en tanto disposiciones similares alcanzan a otras provincias gravemente afectadas, como Catamarca, Chubut, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Neuquén, Rio Negro, Salta, San Juan, Tucumán y Santa Cruz. Frente a este sombrío panorama agrícola, un tratamiento oficial, privado y mixto excepcional de la cuestión crediticio-financiera de los productores afectados, será decisivo.

En efecto, ante tanta adversidad climática, la cicatrización económica definitiva en el sector agrario podría concluir con más perdedores, menos jugadores y menos productores. Algunos podrían salirse voluntariamente, otros forzosamente, o reducirse lo mínimo posible.

Con relación al abordaje del comportamiento bancario, mal podríamos prescindir de un antecedente invalorable de inconmensurable servicio para las cooperativas: la Ley 11.380/26, que institucionalizó préstamos especiales y exención de impuestos. Según su artículo 1º, se ordenó al Banco de la Nación hacer préstamos especiales a las cooperativas, con o sin amortización y a plazo mayor de los seis meses que fija el reglamento. En el artículo 2 se autorizó también al Banco Hipotecario para acordar préstamos a las cooperativas para construir depósitos, graneros, elevadores, instalaciones de industria lechera, y otras que tengan por objeto la industrialización de las materias primas de producción nacional; asimismo, darles préstamos para la compra de campos o terrenos destinados a ser entregados en propiedad a los asociados, en lotes, para formar en ellos chacras y granjas.

El “Barzón” nace en 1993 en el campo mexicano, debido a la inconformidad por los embargos, remates y desalojos que los productores del campo estaban sufriendo de manera cotidiana, al no poder pagar las altas tasas de interés que les cobraban por sus créditos; ya en 1994, con la crisis financiera, el movimiento del Barzón estaba en todo el país, reflejando la crisis de un sistema económico que estaba afectando a los sectores productivos del campo y la ciudad.

Al Barzón lo formaron la unión y organización de chacareros, pymes, peones rurales, tamberos y todo afectado en su economía agraria: con la incertidumbre de perder su parcela, su maquinaría, su casa y sus negocios dieron vida a este gran movimiento rural reivindicativo.

Así, mexicanas y mexicanos que entonces habían caído por la crisis económica dieron una fuerte e importante lucha, logrando salvar el patrimonio familiar, con la negociación de sus créditos y deudas vencidas.

Caracterizó al Barzón denunciar el abuso de entidades financieras y la falta de apoyo directo a los deudores, por parte de las autoridades que regulan el sistema financiero en México. El enérgico rechazo a la creación en 1990 del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), creado para cubrir a los bancos en caso de que existiera una crisis que los pusiera en riesgo, y a la aprobación de la recapitalización de los intereses de una cantidad prestada; son sólo algunos ejemplos de sus loables objetivos.

El Barzón también dirigió sus objetivos y acciones por la reactivación del campo, el fortalecimiento de los pequeños y medianos productores y el beneficio de los consumidores mexicanos. La defensa del patrimonio de las familias mexicanas sigue siendo eje esencial de sus acciones.

El Barzón consistía en la organización plural e incluyente, comprometida social y políticamente en la lucha por la equidad social y económica, el combate a la corrupción, la defensa de los derechos humanos, de la tierra, del territorio, del patrimonio social; la preservación del medio ambiente y los recursos naturales para revertir los efectos del cambio climático.

Desatacó el Barzón por su impulso a la producción agropecuaria libre de transgénicos, y el ordenamiento del mercado agroalimentario, que garantizaran la soberanía y seguridad alimentaria, el desarrollo sostenible en las comunidades rurales tanto como propuestas alternativas sustentables que generen políticas públicas. Esta construcción de un movimiento social de base rural y con alcance nacional incidió en la modificación de la política económica, para revertir, de manera sostenible, los niveles de pobreza en el país, el deterioro del medio ambiente y sus recursos naturales promoviendo la defensa de los derechos y deberes humanos.

El Barzón se propuso construir un movimiento social que incida en una reorientación presupuestaria de los recursos públicos, para incentivar a los pequeños y medianos productores del campo; generar una propuesta alternativa de planeación de las actividades productivas que contemplen aspectos sustentables; generar e impulsar una propuesta para el ordenamiento del mercado agroalimentario que garantice precio justo al productor y consumidor, en clara oposición a los monopolios y oligopolios; organizar, promover, defender e impulsar la agricultura de autoconsumo; vinculación con diversos actores en el plano nacional e internacional en materia de cambio climático; impulsar una nueva visión del campo como proveedor de servicios ambientales; difundir la importancia del sector solidario civil de la economía; impulsar y respaldar proyectos políticos que emanen del Barzón; y contribuir al fortalecimiento y defensa de los usuarios de servicios financieros

Resulta injusto e inadmisible que, por desastrosas causas ajenas, puedan recaer obligaciones sobre el que no las tiene. Específicamente, cada uno de los productores o pymes agrícolas y ganaderos perjudicados por La Niña y el cambio climático.

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