En la antesala a la ceremonia de jura de nuevos diputados nacionales y -con el libro de pases abierto- se produjeron movimientos de último momento en los bloques que reordenaron el mapa parlamentario en la Cámara baja.
Todavía no están conformadas las alianzas pero se espera un interbloque de La Libertad Avanza con 38 diputados nacionales, que tendrá la necesidad imperiosa de generar articulaciones con otros espacios para sacar adelante las leyes que envié el Poder Ejecutivo.
Una diputada electa del bloque libertario deslizó que «por ahora» el presidente de la bancada será el porteño Oscar Zago, quien viene de perder la pulseada con Martín Menem para ser el titular de la Cámara de Diputados.
El bloque que podría aportar los votos para generar el volumen necesario de apoyo a las iniciativas del oficialismo es el PRO, que ayer logró una «unidad» con fórceps.
Por ahora, los tres grupos en los que a grandes rasgos se divide la fuerza amarilla (bullrichismo, macrismo y larretismo) se mantendrán baja la misma casa común, bajo la presidencia de Cristian Ritondo, a quien le revalidaron la confianza. .
El propio Ritondo comunicó la noticia de que «41 o 42 diputados» seguirán en el Frente PRO, aunque el número real sería menor por la salida de legisladores que pasarán a engrosar el nuevo bloque denominado «Cambio Federal» que articula Emilio Monzó y que presidirá Miguel Ángel Pichetto.
La unidad es un activo a preservar porque le permitirá al partido amarillo disputar lugares clave en las comisiones.
La orientación política del bloque, sin embargo, seguirá siendo materia de discusión y el principal foco de conflicto entre quienes, como Ritondo, pretenden instrumentar un «apoyo crítico» y una colaboración al «Cambio» que expresa el Gobierno de Javier Milei, y quienes dentro del mismo partido no quieren saber nada con acompañar a una expresión de ultraderecha.
En este último grupo está el larretismo y María Eugenia Vidal.
Si esta polémica se agiganta y se sostiene en el tiempo podría traer aparejado nuevos desgajamientos en el PRO.
La UCR, en tanto, tendrá 35 diputados nacionales, apenas un escaloncito debajo del PRO en cantidad de miembros.
Las negociaciones entre el sector de 23 legisladores que promovía a Rodrigo De Loredo como presidente de bloque y aquellos 12 que empujaban a Facundo Manes para el mismo puesto llegaron a buen puerto y la reabsorción del bloque Evolución Radical (que habían protagonizado una ruptura en diciembre de 2021) dentro de la bancada de la UCR es un hecho.
El cordobés será el jefe de la bancada reunificada e intentarán negociar con el resto de que los bloques que Manes ocupe la vicepresidencia tercera de la Cámara.
La Coalición Cívica fue el primer bloque que se declaró en libertad de acción tras la derrota electoral de Juntos por el Cambio, el nombre que tuvo la alianza entre el 2019 y la actualidad, y que está en serio riesgo de desaparecer. Juan Manuel López seguirá siendo el presidente de la bancada cívica.
Se espera que una vez que juren los diputados y esté resuelta la situación interna en cada bloque, se recree una rearticulación similar en un interbloque entre el radicalismo, los «lilitos», los moderados del PRO y «Cambio Federal». .
Este último es un bloque nuevo que tomará como punto de partida la conformación de «Encuentro Federal», del cual quedarán en pie Emilio Monzó y Margarita Stolbizer tras el recambio legislativo.
Pero se sumarán además Pichetto (que será el titular de la bancada) el ex presidente del bloque del PRO en Diputados Nicolás Massot, el líder de Republicanos Unidos, Ricardo López Murphy, y otros diputados de distintas provincias que ingresaron en las listas de Juntos por el Cambio.
En total, «Cambio Federal» tendría nueve diputados nacionales, pero podrían ser más.
Unión por la Patria será la principal y más nítida fuerza de oposición, tanto por la cantidad de miembros (al menos un centenar) como por el perfil de oposición. Lo que quedó inconcluso es si se mantendrá como un bloque uniforme o si se reconfigurará en una dinámica de interbloque.
En los últimos días se produjeron algunos movimientos de diputados vinculados a gobernadores y otros «sin tierra» para despegarse del kirchnerismo y formar espacios separados.
También buscaron arrastrar al Frente Renovador, pero Sergio Massa intervino para desactivar esos focos «subversivos».
Finalmente la sangre no llegará al río y la cantidad de diputados desertores será menor a la que se puede contar con los dedos de la mano.
Se habla únicamente de la posibilidad de que rompan tres diputados que responden al gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, quien venía siendo un sólido aliado de Sergio Massa.
El presidente del bloque seguiría siendo el santafesino Germán Martínez, quien conserva el apoyo mayoritario de los actores de la coalición panperonista. .
Por fuera de estas tres grandes fuerzas quedarían boyando interbloques opositores más chicos, como Provincias Unidas y lo que hasta ahora se conocía como Interbloque Federal, que podría mutar de nombre.
Provincias Unidas tendría a los cuatro diputados del Frente de la Concordia de Misiones, el rionegrino Agustín Domingo y el neuquino Osvaldo Llancafilo. Podría anexar a los tres diputados salteños ligados a Sáenz.
El interbloque Federal es quizás el mayor enigma y todavía no surgían indicios claros de qué podría suceder con esta coalición.
Allí se encuentra Florencio Randazzo y los cuatro diputados de Córdoba Federal, aunque es probable que Natalia de la Sota busque un nuevo destino ya que jugó abiertamente a favor de Sergio Massa en el balotaje del 19 de noviembre.
Lo mismo ocurre con los santafesinos socialistas Mónica Fein y Esteban Paulón, quienes no están cómodos en una coalición cuya gestualidad parece mucho más inclinada al oficialismo.
El Frente de Izquierda, en tanto, crecerá a cinco miembros, ya que se sumará a partir del 10 de diciembre el sociólogo del PTS Cristian «Chipi» Castillo.
Con dos años más de mandato se encuentra la ex fórmula presidencial integrada por Myriam Bregman y Nicolás del Caño, además de Romina del Plá y Alejandro Vilca.