En el tablero político cordobés irrumpió una polémica insólita que mezcla campañas electorales, propiedad intelectual y marcas registradas. El protagonista es Stefano López Chiodi, candidato a diputado nacional por Córdoba con un perfil libertario, que decidió presentarse en los comicios del 26 de octubre bajo su apodo “Tatín”.
Su estrategia de comunicación incluyó un logo inspirado en un alfajor, con una alusión directa a la marca homónima, registrada y explotada comercialmente por la empresa Arcor.
La movida no pasó inadvertida. La multinacional cordobesa, dueña de la marca Tatín, reaccionó con un instrumento legal contundente: una carta documento notificada a través de una escribana pública, en la que le exigió al postulante cesar de inmediato el uso del nombre y del símbolo en su campaña política.
Según constó en la notificación, Arcor consideró que López Chiodi incurría en una infracción a la propiedad intelectual, un uso no autorizado de una marca registrada y un intento de “confundir al electorado” al asociar un producto de consumo masivo con una propuesta partidaria, reveló el diario La Voz del Interior.
El argumento de Arcor
La empresa, en su presentación, subrayó que la marca Tatín está registrada en distintas versiones y denominaciones (incluyendo “Tatín Blanco con Dulce de Leche” y “Tatín Negro con Dulce de Leche”) y que constituye un activo exclusivo de la compañía.
En la carta, le advirtió a López Chiodi que su utilización en un contexto político era ilícita y parasitaria, ya que generaba la falsa percepción de que existía un patrocinio o vínculo entre la firma y el candidato.
Arcor también señaló que verificó el uso del nombre y del logotipo en redes sociales como Facebook, Instagram, TikTok, X y Twitch, así como en la boleta única de papel (BUP) del distrito Córdoba, donde figura el “Frente Federal de Acción Solidaria”, espacio por el cual López Chiodi busca competir.
Allí, según la notificación, se hacía una clara alusión al alfajor comercializado por la compañía. Incluso se mencionaba que la boleta incluía un octógono similar al sello de advertencia que aparece en los envases de alimentos.
“Su accionar constituye un engaño que distorsiona la percepción del electorado respecto del respaldo que Ud. recibe”, enfatizó el documento, y remató: “La marca Tatín es un derecho exclusivo de mi mandante, no encontrándose usted autorizado a hacer uso de la misma”.
Por último, Arcor le advirtió al candidato que, en el caso de que no acatara la intimación, la firma se reservaba la posibilidad de iniciar acciones judiciales civiles y penales, además de denuncias ante las autoridades electorales.
El dilema de “Tatín”
La situación colocaba a López Chiodi en una encrucijada política y personal. Por un lado, su campaña estaba construida sobre el apodo con el que es conocido en el ámbito local, un mote que lo acompaña desde la adolescencia.
Por el otro, enfrentaba el peso legal y comunicacional de una empresa con poderío global como Arcor, que difícilmente ceda en la defensa de sus marcas.
El candidato, identificado con ideas cercanas al libertarismo aunque sin alineamiento formal con La Libertad Avanza, había apostado por un estilo irreverente, apelando a la cercanía popular de un alfajor para diferenciarse en un escenario electoral saturado de consignas tradicionales.
¿Qué decidió?
Finalmente, López Chiodi dejó atrás el logo de “Tatín” y abandonó esa identidad de campaña para evitar un litigio mayor. En el medio, habían dejado trascender que se preguntaba si el pedido de Arcor “podría tener que ver con la lista de Schiaretti”, o “si es una apretada de Bornoroni”. Como sea, afirmó que no se bajará de la competencia y seguirá en la carrera electoral.
Schiaretti condenó la censura previa que impulsó la Casa Rosada