La política nacional volvió a conmocionarse ayer cuando el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, fue agredido ante las cámaras de televisión por un grupo de choferes de colectivo que protestaban por el asesinato de un compañero en La Matanza, crimen por el cual la UTA declaró un paro que dejó sin transporte público a amplias zonas del conurbano.
El episodio dejó en evidencia el clima de crispación latente en la sociedad, a tal punto que los manifestantes no dudaron en atacar a golpes de puño y piedrazos al ministro bonaerense pese a la presencia de la prensa transmitiendo en vivo. Los compañeros del chofer asesinado (ver Un…) se habían reunido en protesta en la avenida General Paz y Juan Manuel de Rosas, donde antes del mediodía se presentó Berni -quien llegó al lugar en helicóptero- con la intención de dialogar.
Sin custodia policial visible, Berni fue recibido con palazos, piedrazos y golpes de puño, lo cual le generó una fractura malar y hundimiento de la órbita ocular. Las fuentes oficiales confirmaron que, tras la agresión -que se extendió por unos 20 minutos-, Berni fue trasladado al hospital Churruca con “conmoción cerebral, muchos golpes y cortes profundos en el cuero cabelludo y en el rostro”, aunque nunca perdió el conocimiento.
Ante los ataques, Berni quedó apoyado contra una pared, de espaldas, de frente a los agresores, hasta que un cordón de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires -con sus agentes escudados- lo sacó del lugar, pese la resistencia del propio funcionario, que quería dialogar pese a los ataques. “Me llevaron arrastrándome y yo no quería irme bajo ningún punto de vista. Les pedí por favor que no avanzaran porque estábamos resolviendo el problema”, dijo luego Berni, quien consideró que la intervención de la policía porteña “complicó las cosas” porque “lo teníamos prácticamente resuelto, nos estábamos poniendo de acuerdo sobre dónde nos íbamos a reunir”.
En medio de esas escaramuzas, un policía de la ciudad le dio un violento golpe con el borde de su escudo a un manifestante en plena cara, pese a que el agredido se encontraba tranquilo, como reveló un video que se viralizó. El Gobierno porteño anunció más tarde que al policía se le abrió un sumario para determinar “si amerita una sanción”. Lo cierto es que las refriegas dejaron a once personas heridas (ocho policías porteños y tres colectiveros), así como la sensación de que la tragedia no ocurrió de milagro
Un asesinato que para el funcionario resulta “muy raro”
El asesinato del colectivero Daniel Barrientos fue perpetrado a las 4:30 de la madrugada en la localidad de Virrey del Pino, donde su vehículo fue abordado por dos delincuentes, uno de los cuales le disparó en el pecho, de acuerdo con las primeras pesquisas. Un policía de la Ciudad de Buenos Aires estaba en el colectivo y se tiroteó con los ladrones debajo del vehículo. Las autoridades bonaerenses anunciaron que un sospechoso fue detenido e involucrado en el caso.
Tras la agresión, Berni afirmó que el crimen “no fue un hecho habitual” y resaltó que “no va a denunciar” a los choferes que lo atacaron.
“Fue un hecho muy raro. (Los asesinos) usaron dos pistolas calibre 40. Nadie cruza un auto a un colectivo. No es habitual”, dijo Berni a la prensa.
Al anochecer, el Gobierno bonaerense anunció que utilizará “todos los recursos” para que “pronto haya un centro de monitoreo con inteligencia artificial” para el seguimiento con cámaras en los colectivos de la provincia.
La oposición cuestionó al Gobierno
La violencia política no alcanzó para zanjar la grieta entre el oficialismo y la oposición, cuyos dirigentes salieron a criticar la política del Gobierno nacional contra la inseguridad.
“Años justificando robos y homicidios. Años destruyendo trabajos y oportunidades. Estas son las consecuencias, Sergio Berni. Mi solidaridad con la familia y compañeros del colectivero asesinado, y con los 17.000.000 de bonaerenses que dependen de este gobierno de incapaces”, afirmó por ejemplo el diputado Ricardo López Murphy (Juntos por el Cambio).
La titular del PRO, Patricia Bullrich, también expresó su malestar en las redes. “Matan a un colectivero a meses de jubilarse. ¿Cómo no indignarse?”, dijo y apuntó: “Esto sucede cuando, en vez de luchar de frente contra el crimen, se participa de un Gobierno que avala la delincuencia. No admito la violencia contra la autoridad, ni hoy ni cuando fuimos víctimas. La autoridad y el orden son necesarios y se construyen con el ejemplo”, completó.