El debate de la Ley ómnibus seguía anoche en la Cámara de Diputados, al cierre de esta edición, en un clima de extrema tensión potenciado por la represión de las protestas sociales en los alrededores del edificio del Congreso y con una alta incertidumbre respecto a la suerte que tendrá la norma en la votación de sus artículos en particular, aunque el oficialismo confiaba en su aprobación en general.
La Libertad Avanza (LLA) pretendía acelerar el debate para llegar a la votación en general de la iniciativa en la madrugada de hoy, luego de fuertes cruces con los bloques opositores por los incidentes afuera del edificio: para lograrlo, todos los diputados del espacio libertario se habían bajado de la lista de oradores. El Gobierno había negociado todo el día de manera paralela con los bloques “dialoguistas”, por afuera del recinto, para sumar apoyo a la iniciativa. La propia Karina Milei, secretaria General de la Presidencia y mano derecha del jefe de Estado, se trasladó incluso al Parlamento para monitorear las negociaciones en primera persona.
De hecho, el Gobierno había enviado a los bloques dialoguistas –UCR, PRO, HCF e Innovación– una nueva contrapropuesta con modificaciones al dictamen en debate, que pocos conocían en su versión final. Según los trascendidos, en el capítulo de las privatizaciones, el oficialismo habría aceptado acortar de 36 a 27 las empresas a ser declaradas sujetas de privatización total, mientras que otras tres –Banco Nación, Arsat y Nucleoelétrica- podrán ser privatizadas parcialmente.
Las siete empresas públicas que habrían quedado afuera del listado son el Banco de Inversión y Comercio Exterior (Bice); la Casa de la Moneda; Fabricaciones Militares; el Servicio de Radio y TV de la Universidad Nacional de Córdoba; Radio Universidad del Litoral; Vehículo Espacial Nueva Generación SA y Yacimientos Mineros Agua de Dionisio (YMAD). En cambio, permanecían en el listado Aerolíneas Argentinas; Télam, Ferrocarriles Argentinos; Correo Oficial; Enarsa; Belgrano Cargas; Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), entre otras firmas. Aún había diferencias, sin embargo, sobre las potestades que tendrá la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones para ejercer el control de los procesos.
Por otra parte, el oficialismo también habría accedido a eliminar la declaración de emergencia en materia fiscal y previsional, con lo cual quedarían en seis los llamados “superpoderes” para el presidente Javier Milei: en materia económica, financiera, seguridad, tarifaria, energética y administrativa. Aunque también existía la posibilidad de que cayera la de seguridad (ver Peligra…). Donde el oficialismo no daba el brazo a torcer es en el artículo referido a la toma de deuda en moneda extranjera, ya que pretende derogar parte de la norma promovida por Alberto Fernández que establece límites para contraer deuda externa.
Adentro del recinto, los diputados del oficialismo, de la oposición y los bloques “dialoguistas” se cruzaron duramente por sus respectivas gestiones y el operativo de seguridad desarrollado afuera del Congreso, al punto que en algún momento los bloques de la izquierda y Unión por la Patria (UxP) se retiraron del recinto en protesta por la represión oficial (ver Fuertes…). Pocos hablaron del proyecto en discusión. Afuera, los movimientos sociales denunciaban que las refriegas dejaron al menos 60 heridos, toda una síntesis del caótico proceso de la norma.
Peligra el capítulo de seguridad
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, corre serio riesgo de que la Cámara de Diputados rechace el capítulo con atribuciones especiales que demandó en el proyecto de Ley ómnibus para el combate contra el delito. Luego de los incidentes ocurridos anteanoche frente al Congreso, en los que una militante radical y otras tres mujeres fueron detenidas –ayer fueron liberadas-, el bloque de diputados de la UCR podría rechazar los artículos que modifican el Código Penal en lo referido a cuestiones como “legítima defensa” y “resistencia a la autoridad”. “El despliegue de la Policía Federal, de la Gendarmería y de Prefectura en las inmediaciones del Congreso para contener las protestas por la Ley ómnibus fue excesivo, desproporcionado, pocas veces visto. Pareció una provocación. Por solo cantar el himno una militante radical fue detenida. No le vamos a votar a Bullrich el capítulo sobre seguridad contenido en la ley ómnibus”, fue el mensaje que trascendió del bloque que comanda Rodrigo De Loredo.
Fuertes incidentes en la segunda jornada de protestas
Por segundo día consecutivo, el Gobierno dispuso un fuerte operativo de seguridad conjunto entre la Policía Federal, Gendarmería y la Policía Porteña para controlar el el protocolo de seguridad ante las protestas contra la Ley ómnibus en las inmediaciones del Congreso, que nuevamente derivó en escenas de fuerte represión y violencia. Los incidentes comenzaron a las 17:30, cuando un grupo de manifestantes intentaban colocar banderas en la vereda y la policía avanzó sobre ellos para incautarles los palos que las transportaban, por considerar que son “elementos contundentes”. Ante la difusión de las imágenes de las refriegas, la cantidad de militantes comenzó a aumentar rápidamente, con la presencia de organizaciones de izquierda y movimientos sociales. La tensión fue también rápidamente en aumento, cuando las fuerzas de seguridad avanzaron sobre los manifestantes con centenares de efectivos y la utilización de camiones hidrantes, gases lacrimógenos y el disparo de balas de goma, pese a que no cortaban la calle. La intensidad de la represión no tardó en repercutir al interior del Congreso, donde los diputados de izquierda reclamaron el “cese de la represión” y pidieron un cuarto intermedio en el debate para salir a garantizar la paz social. Ante el rechazo de la moción, el bloque entero junto a sus pares de Unión por la Patria se retiraron del Congreso para dialogar con los manifestantes y las fuerzas de seguridad para apaciguar las aguas. Sin embargo, cuando se fueron, aparecieron motos que arremetieron contra los manifestantes que estaban reunidos en la plaza, sin cortar la calle, disparando balas de gomas y deteniendo a varias personas pese a que la protesta ya se había apaciguado. Al cierre de esta edición, no habían números oficiales de heridos y detenidos, aunque había varios periodistas que denunciaron heridas con las balas policiales.