El gobierno nacional salió a enfrentar ayer un nuevo escándalo, luego de que se conociera que seis diputados de La Libertad Avanza (LLA) se trasladaron en una camioneta oficial para reunirse en el penal de Ezeiza con el emblemático represor Alfredo Astiz y otros condenados por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar argentina.
La noticia provocó una ola de repudio en las fuerzas políticas representadas en el Congreso, que salieron a pedir explicaciones al oficialismo, en medio de rumores sobre un proyecto del procurador del Tesoro, Rodolfo Barra, para impulsar una nueva tanda de indultos –como los que otorgó el ex presidente Carlos Menem- para los condenados por los crímenes de la dictadura militar. “No fuimos a ver represores. Fuimos a ver ex combatientes que libraron batallas contra la subversión marxista”, respondieron los diputados involucrados, encabezados por el entrerriano Beltrán Benedit, que viajaron hasta la cárcel ubicada en la localidad bonaerense a bordo de una camioneta perteneciente a la flota de la legislatura nacional.
“Fue una decisión personal y cada uno debe hacerse cargo de lo que hace y esa es la libertad”, aseguró ayer la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para intentar despegar al Gobierno de la visita de sus legisladores. “Estoy a cargo del sistema, no quiero evaluar a qué preso podes ir a ver y cuál no. Me parece que lo que estamos viviendo es una construcción de libertad y si hay alguien que considera que tiene que ir a ver a un detenido porque ellos consideran que formó parte de un momento trágico de la Argentina lo puede ir a ver”, insistió Bullrich, quien reveló que el juez Alejandro Slokar le solicitó detalles de la visita que protagonizaron Benedit, Lourdes Arrieta, Alida Ferreyra, Guillermo Montenegro, María Fernanda Araujo y Rocío Bonacci, algo que generó malestar en la funcionaria.
¿Por qué un juez me pregunta a mí por qué entraron?”, inquirió Bullrich, quien enfatizó que “me sorprende que un juez me pregunte por eso y no cuando entran agrupaciones de derechos humanos que entran a ver asesinos seriales. Midamos con la misma vara para todos”, concluyó. A su vez, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, sostuvo que “la decisión de esos seis diputados no es representativa del Gobierno ni del bloque” de LLA, sino que se trató de una “agenda personal” de quienes se reunieron con Astiz, entre otros represores condenados.
“La concreción de este tipo de conductas no debe pasar desapercibida y debemos actuar ante cualquier intento de propiciar la impunidad de las personas condenadas por crímenes de lesa humanidad en la última dictadura”, señaló a su vez el bloque de Unión por la Patria (UP), que exigió la conformación de una comisión especial para tratar la iniciativa. Ocurre que al mismo tiempo trascendió un chat de los diputados libertarios, donde Benedit admite que organizó la visita y afirma que “no fuimos a ver represores, fuimos a ver ex combatientes que libraron batallas contra la subversión marxista (…). Vamos a defenderlos y marcaremos a los jueces que fallan en función de la venganza”. “El mensaje es más grave que la visita en sí”, advirtió Roberto Cipriano García, presidente de la Comisión Provincial por la Memoria de Buenos Aires, que denunció penalmente al diputado Benedit por “apología del delito”.