El presidente Alberto Fernández inauguró ayer el 141° período de sesiones ordinarias del Congreso, el último de su mandato, con un discurso de casi dos horas en el que intentó mostrar un tono conciliador con la vicepresidenta Cristina Kirchner, a la vez que esbozó una fuerte defensa de su gestión y por momentos mantuvo duros cruces con la oposición.
Acompañado por la titular de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, y la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala, además de Fernández de Kirchner, el Jefe de Estado expuso un discurso dividido en dos actos. La apertura fue protocolar, siguiendo los formalismos típicos, donde Fernández esbozó una defensa de su gestión, enarbolando números de la economía y asegurando que “estamos dejando los cimientos para construir el gran país que soñamos”. La única nota distintiva fue la dura condena al intento de asesinato de la Vice-presidenta Cristina Kirchner, reclamando a la Justicia “que investigue”.
Fue un anticipo de lo que ocurriría luego, cuando el Presidente abrió fuego contra la Corte Suprema (ver…), allí la escena comenzó a desmadrarse, con fuertes cruces con la oposición presente, al punto que en algún momento Fernández se cruzó con el diputado macrista Fernando Iglesias y afirmó que “es un honor que usted me insulte”.
Fuera de esos cruces, ante un recinto colmado por legisladores, gobernadores, representantes de organismos de DDHH y del sindicalismo, más dos de los miembros de la Corte –con la ausencia del diputado Máximo Kirchner-; Fernández trazó un panorama positivo sobre las perspectivas económicas y defendió a las empresas públicas como YPF, Arsat o Aerolíneas Argentinas ante lo que calificó como un “un nuevo embate privatizador”. “Qué no vengan a hacer negocios con nuestro patrimonio los que invocan números con los que disfrazan su falta de interés por las condiciones de vida de tantos argentinos y argentinas”, aseveró en referencia a la oposición.
“Somos uno de los países que más creció en estos dos últimos años. Todas las proyecciones propias y de los organismos internacionales señalan que en 2023 volveremos a crecer”, aseguró Fernández, quien y agradeció “el compromiso de Sergio Massa” por conducir el ministro de Economía.
Respecto de la “alta inflación”, dijo que “constituye un problema estructural de la Argentina que se remonta a décadas” y aseguró que su Gobierno “está abocado a reducirla sin generar incrementos en los niveles de pobreza o frenos en el proceso de crecimiento”. El Presidente destacó también la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner y dijo que la obra estará en condiciones de ser inaugurada a mediados de 2023, mientras vaticinó que en los próximos años “asistiremos a récords de producción de gas y petróleo”.
Por otro lado, pidió a la oposición “generar un clima político para que el pueblo elija en libertad” en las elecciones de este año y pidió debatir durante la campaña “la Argentina que queremos”. Ya en tono electoral, hacia el final, en el marco del 40 aniversario del regreso de la democracia, llamó a “pelear por una nueva utopía de la igualdad”. “Solo a través de la igualdad, de crear las condiciones materiales para que todas y todos puedan tener las mismas oportunidades, es que un país crece y progresa. Lo repito: la verdadera libertad nace de la igualdad”, concluyó.