La cumbre del PRO para intentar apaciguar las aguas en la interna del partido entre Patricia Bullrich y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, disparada públicamente por el operativo de seguridad montado en la casa de Cristina Fernández terminó en un nuevo fracaso, que expone fuertes divisiones de cara a las elecciones 2023. Si bien las partes aseguraron que el tema “quedó cerrado” en el almuerzo, al mismo tiempo mantuvieron su postura e incluso Bullrich realizó nuevas críticas.
“Damos por cerrado este hecho y hemos decidido que cuando el Gobierno de la Ciudad toma medidas, con consultas previas a todos nosotros respecto al apoyo que necesita, debe mantener la decisión tomada; en caso contrario, lo que tiene que hacer el Gobierno de la Ciudad es no preguntar y de esa manera podrá tener la decisión de hacerse cargo de las decisiones que toma”, expresó Bullrich al salir del almuerzo. Así, aunque la mayoría de los dirigentes del PRO garantizó en las puertas del restaurante Happening que había quedado “saldado” el debate interno, Bullrich volvió a cuestionar al jefe comunal por retirar el polémico vallado con el que había ordenado cercar el domicilio de Cristina Fernández.
“Hemos mantenido una posición y la hemos sostenido en el sentido de que la sociedad debe ser protegida y no se puede vivir en la anomia y en un país sin ley; mantuvimos esta posición de que la ley sea la centralidad de JxC”, informó Bullrich a la prensa, e incluso le recomendó a Rodríguez Larreta que se “haga responsable” de las decisiones que toma. Antes de la reunión, incluso había dicho que “la sensación de la gente es que no podemos ponerle límites al kirchnerismo”. “Horacio, si vas a poner un operativo, ¡bancalo!”, llegó a exclamar en una entrevista, donde enfatizó que “necesitamos tener el carácter para no dejarnos avasallar. En la Argentina que viene no podemos aceptar que nos corran, que nos tomen una fábrica”.
Así las cosas, la cumbre no pareció apaciguar los ánimos, pese a las declaraciones oficiales. Fuentes del partido indicaron que no sólo Bullrich mantuvo su postura, sino también Larreta, quien reivindicó la potestad de “tomar decisiones de Gobierno” como alcalde porteño y aseguró que la posición que mantuvo en los incidentes del sábado fue “firme en todo momento”.
A su vez, el ex presidente Mauricio Macri trató de acompañar las posiciones de ambos sin tomar partido por ninguno, aunque dejó en claro que el PRO debe rechazar “la ocupación del espacio público”. Del almuerzo, también participaron el ministro de Gobierno porteño, Jorge Macri; la diputada nacional María Eugenia Vidal y su par Cristian Ritondo, entre otros.
Vidal consideró, a su vez, que las diferencias internas son “un tema terminado” y relativizó el volumen de los enfrentamientos. “Ella ya dio su opinión, para nosotros es un tema terminado”, sentenció mientras Ritondo –ex ministro suyo- reivindicó la potestad de Rodríguez Larreta en su gestión: “Quien resuelve es la Ciudad de Buenos Aires, junto a su equipo”, dijo.
De esta manera, la sensación que dejó el almuerzo fue que se alcanzó una tregua forzada y frágil, que puede romperse en cualquier momento frente a una disputa interna por la candidatura presidencial de 2023 entre Rodríguez Larreta y Bullrich -a la que para colmo puede sumarse Macri en cualquier momento- que se anuncia feroz y cuyas repercusiones pueden extenderse al resto de la sociedad.
El juez Gallardo convocó para hoy a la Nación y CABA
Los ministros de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, y de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, fueron convocados para hoy a una audiencia por el juez Roberto Gallardo en la causa en la que ordenó retirar el vallado y la custodia de la Policía porteña a la casa de la vicepresidenta Cristina Fernández.
Luego de que el Gobierno porteño anunciara que no respetará su mandato, Gallardo convocó a las partes a una audiencia para buscar una solución al entuerto.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires había anunciado que apelará el fallo de Gallardo y que también lo recusará, al acusarlo de ser “un juez partidario” que actúa “en favor del kirchnerismo”.
El propio Horacio Rodríguez Larreta anunció que no acatará el fallo porque “nadie nos puede obligar a no cumplir con nuestras obligaciones”.
Cruces entre el jefe de Gobierno porteño y CFK
El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la vicepresidenta Cristina Fernández se cruzaron duramente.
“La violencia es el límite y nunca se combate con más violencia, al revés, es apelando a la paz social. El kirchnerismo, con sus declaraciones, incita a la violencia”, sostuvo Larreta, quien le reclamó a Fernández que “no siga echando más nafta al fuego”.
La vicemandataria lo había criticado por responder a los reclamos de Patricia Bullrich con más “mano dura”. “Déjela que grite. Tenemos que permitirnos disentir, estar en las antípodas, pero lo único que no se puede perder es la racionalidad”, dijo Fernández, quien reclamó que “resuelvan de otra manera la interna entre los halcones y las palomas, pero no a costa del funcionamiento de la democracia (…) no a costa de la vida, de la sangre y la seguridad de los argentinos”.