Este martes inició el juicio contra Osvaldo Rubén Daniele, ex titular del sindicato de los empleados municipales de Córdoba (Suoem), por “incitación a la violencia colectiva” en base a declaraciones vertidas durante una asamblea llevada a cabo en 2017, cuando era intendente de la ciudad Ramón Javier Mestre.
El proceso judicial comienza mientras el ex dirigente municipal lucha por volver a dirigir el gremio presentándose en los comicios del sindicato a realizarse el próximo 30 de marzo.
Luego de que Mestre decidiera a través de la ordenanza 11.187 publicar los datos personales de los empleados junto con los salarios que percibían, entre las 11 y las 13 del 31 de mayo de 2017, surgió una multitudinaria protesta a la asistieron alrededor de 400 municipales.
En la esquina de Caseros y La Cañada, Daniele tuvo un encendido discurso, con fuertes críticas hacia el intendente radical. Entre las expresiones más sobresalientes del gremialista señalan: “Este ataque a nuestra seguridad y la de nuestra familia le prometo, señor intendente que lo va a pagar muy caro”. También prometió que tras pasar unos meses la ciudad “iba a ser un quilombo” y que “iba a tronar el escarmiento”.
Estas declaraciones fueron difundidas a través de los medios de comunicación locales y es a partir de allí que el fiscal Guillermo González inicia una investigación de oficio, que concluye ahora con Daniele afrontando un juicio oral.
El proceso se desarrollará en la Fiscalía de Cámara Sexta en lo Criminal y Correccional de nuestra ciudad y el veredicto podría conocerse el viernes. El doctor Félix López Amayo, abogado defensor del sindicalista, planteará la inexistencia del delito alegando que los dichos de Daniele se dieron en contexto de una asamblea totalmente habilitada y permitida.
Por su parte, el fiscal que lleva a cabo la acusación, el doctor Gustavo Arocena, explicó que a lo largo de la semana producirán la prueba vinculada con el hecho y sostuvo: “Se le reprocha a Daniele que en su rol de secretario general del gremio de los empleados de la Municipalidad, habría incitado a los empleados presentes en la asamblea a la violencia por medio de sus expresiones”. El delito de «incitación a la violencia» se encuentra tipificado en el artículo 212 del Código Penal y prevé una pena de tres a seis años de prisión.
“Tenemos la conciencia tranquila. Está clarísimo que tenemos que defender la seguridad de nuestra familia municipal. No se puede a tontas y a locas salir a poner el nombre y el apellido al lado de los sueldos”, dijo Daniele en el recinto judicial. “Estoy acá por haber expresado algunas palabras en el marco de esa asamblea y ellos lo interpretan como incitación a la violencia colectiva. Yo no siento que sea así, yo estoy absolutamente seguro que no cometí ningún delito”, aseguró.
Además afirmó que las frases vertidas durante su discurso siempre fueron referidas a “las acciones gremiales que hemos hecho toda la vida” aunque «para la fiscalía hayan sido entendidas como incitación a la violencia».
El gremialista explicó que en el momento en que se realizó la protesta en la cual vertió sus declaraciones había 17 familias estafadas a las que “les habían falsificado los documentos y los recibos de sueldo, estaban embargadas y algunos tenían miedo de perder la casa”.
Según detalló, llevaron esa causa a la justicia ante el fiscal general Alejandro Moyano quien unificó las causas y las envió a la Fiscalía de Delitos Complejos y se logró el desbaratamiento de una banda de delincuentes. “Eran como 30, individualizados, imputados, algunos presos”, agregó.
“En ese contexto de falsificación de datos personales nuestros, con 17 familias llorando, al ex intendente Mestre se le ocurrió agregarle al lado de los sueldos el nombre y el apellido del empleado. Eso era una invitación a la inseguridad de nuestras familias”, explicó Daniele refiriéndose a la ordenanza que habilitó la difusión de esos datos.
El pasado 12 de enero, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) resolvió a favor del Suoem un habeas data colectivo por lo que la Municipalidad de Córdoba no podrá divulgar cuánto cobra cada empleado, dando lugar al planteo gremial.
“En ese clima yo hago esas declaraciones y no estoy arrepentido, menos de haber asumido con toda convicción la defensa. No estoy arrepentido de absolutamente nada. ¿La palabra quilombo para este gremio saben lo que es? Asambleas, movilización, paros… cosas que hemos hecho toda la vida y toda la vida lo hemos llamado quilombo. Sí podría haber usado otras palabras”, finalizó el sindicalista