El paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) no solo generó impacto en el funcionamiento del país, sino también una serie de reacciones políticas y sindicales que escalaron en las últimas horas. Desde la central obrera, su cosecretario general, Héctor Daer, denunció que la campaña del Gobierno para desalentar la medida fue un “mecanismo muy complicado que fue utilizado cuando se perdió la democracia”.
El comentario aludió específicamente a los mensajes emitidos por altoparlantes en estaciones ferroviarias, donde se advertía a los pasajeros que “la casta sindical atenta contra millones de argentinos que quieren trabajar”. Daer comparó esa estrategia con métodos “maniqueos” de regímenes autoritarios. “Cuando se perdió la democracia fueron utilizados esos mismos medios”, afirmó durante una conferencia de prensa realizada en la sede de Azopardo.
El contrapunto no tardó en llegar desde el oficialismo. El vocero presidencial, Manuel Adorni, calificó el paro como “uno de los últimos coletazos de quienes viven de la extorsión y el apriete”. A través de su canal de WhatsApp, instó a los ciudadanos a denunciar presiones para adherirse a la huelga: “Si te amenazan para obligarte a parar, hacé la denuncia al 134”.
Adorni, también candidato a legislador porteño por La Libertad Avanza, cuestionó duramente a la dirigencia gremial: “La casta sindical kirchnerista de los Moyano deja al trabajador sin tren ni subte mientras ellos se mueven en autos importados”. Y agregó: “Hablan de justicia social y viven en los barrios privados más caros”.
Según datos del Ministerio de Seguridad, entre las 12 del 9 de abril y las 12 del día siguiente se recibieron 832 llamados en la línea 134, de los cuales 92 derivaron en denuncias formales. De esas, 79 expusieron «amenazas» relacionadas con el paro.
En respuesta a los mensajes oficiales, un grupo de trabajadores ferroviarios utilizó los mismos altoparlantes en los trenes para replicar con ironía: “Esto no es Star Wars, ponete a laburar”, en alusión directa al vocero presidencial, Manuel Adorni. Desde los gremios ferroviarios evitaron identificar a los responsables del mensaje, pero admitieron que “es el pensamiento de muchos”.
La CGT, por su parte, se despegó de los incidentes registrados en algunas líneas de colectivo y reiteró que la medida de fuerza tuvo como objetivo visibilizar la caída del poder adquisitivo, el ajuste económico y el impacto sobre las economías regionales.
Mientras el Gobierno insiste en que la huelga responde a “intereses políticos” y no a reclamos genuinos de los trabajadores, desde el sindicalismo sostienen que la campaña oficial contra la medida representa una amenaza al derecho constitucional de huelga y una avanzada contra las organizaciones gremiales.
Si esta noticia te interesó, registrate a nuestro newsletter gratuito y recibí en tu correo los temas que más te importan. Es fácil y rápido, hacelo aquí: Registrarme.