En un hecho inédito de fuerte impacto social y político, Córdoba será epicentro de la movida nacional del colectivo que dentro de la iglesia católica nuclea a los denominados “Curas de barrios populares y villas del país”. El próximo jueves, en la capilla ubicada en barrio Villa Angelelli, a cargo del padre Pablo Viola, se realizará una misa que tendrá como cierre simbólico la puesta en común de una olla popular.
Viola es uno de los curas cordobeses enrolados en este grupo de religiosos que trabajan en sectores vulnerables y que en las últimas semanas han levantado la voz ante la creciente demanda de ayuda que registran sus parroquias y la fuerte controversia que se generó luego de que se conoció que el gobierno nacional tenía guardados y sin entregar alimentos cercanos a vencer.
Junto con La Matanza, en Buenos Aires; La Banda, en Santiago del Estero, y otro puntos representativos del país, Córdoba será sede de una acción de la iglesia que tiene por objeto respaldar el trabajo de las mujeres que trabajan en organizaciones sociales, comedores y merenderos y que han sido apuntadas por el Gobierno, en el marco de auditorías del Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello.
La movida en Villa Angelelli cuenta con el respaldo del arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi. Será el cardenal y máxima autoridad de la iglesia en la provincia quien oficiará la misa y dejará su mensaje al exponer en la homilía.
Aunque no está confirmado ni hay invitaciones cursadas, no se descarta que de la misa en Villa Angelelli participen políticos. “No hay invitaciones, pero quien quiera venir tiene las puertas abiertas”, dijo el padre Viola. El intendente capitalino Daniel Passerini podría ser de la partida. “Si nos invitan, con gusto estaremos”, recalcaron cerca del jefe municipal. El padre Mariano Oberlin, referente en el barrio San Vicente y cercano a Passerini, participará de la actividad.
“Al Gobierno no le interesa la justicia social”
El padre Viola espera una buena concurrencia el jueves, a las 11 horas, en su parroquia. “Vendrán curas de otros barrios y terminaremos con una olla popular compartida”, contó el religioso en declaraciones al diario La Voz del Interior, que asegura que “hay un crecimiento de la necesidad vinculada a cuestiones básicas como la comida”.
Para el cura, “hay un aumento de la demanda por la situación y porque hay otros comedores en la zona que han cerrado”. “Se acercan cada vez más a pedir comida y a buscar ayuda a los comedores. Eso es algo evidente que cualquiera puede ver si camina estos barrios”, afirmó.
Además, aseguró que la misa que oficiará el arzobispo Rossi es para “reconocer a las mujeres que en este duro contexto siguen luchando”. Y agregó: “A pesar de que han dejado de recibir los fondos, sacan de donde no tienen para seguir sosteniendo pequeños espacios de ollas y comedores. Esta no es una acción en contra de nadie, sino un reconocimiento a quienes colaboran con los que menos tienen. En la pandemia decíamos que eran heroínas y ahora las tratamos de ladronas. Esa es la contradicción en la que caemos permanentemente”.
«Es injustificable tener comida guardada»
Viola se refirió a la situación en torno a la polémica por los alimentos no entregados por el Gobierno. “Hay una estrategia para justificar errores. Es injustificable tener comida guardada cuando la gente la está pasando mal y tiene hambre. No tiene fundamento, no tiene razón ni este ni otros temas”, planteó en tono crítico.
Sobre el rol de la iglesia en esta etapa y los cuestionamientos que recibe el Papa, Viola apuntó: “Francisco no actúa desde una ideología, sino desde el evangelio y desde la doctrina social de la Iglesia. Y no hay que enojarse por eso. Buscan instalar que el Papa tiene una u otra ideología con el objetivo de estigmatizar y querer instalar algo para desprestigiar, para no escuchar. Y lo que termina pasando cuando no escuchás es caer en una irracionalidad tremenda”.
Y agregó: “La Iglesia tiene una diversidad de concepciones, pero tiene una referencia muy clara a la que no puede escaparle que es el evangelio de Jesucristo y la doctrina social de la Iglesia. Al Gobierno le interesa muy poco este tema. Hemos escuchado que para ellos la justicia social es algo irrelevante y sobre todo algo que atenta contra el progreso. Esos no son inventos de Francisco ni de la Iglesia, es lo que dicen abiertamente”.
Rossi pidió no poner al mercado en el centro de la política
El cardenal y arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, pidió el fin de semana pasado a la dirigencia política de Córdoba, encabezada por el gobernador Martín Llaryora y los jefes opositores Luis Juez y Rodrigo de Loredo, “poner a la persona en el centro de la política y de las políticas”, y no al mercado, en lo que puede interpretarse como una crítica por las acciones de sesgo liberal encaradas por el gobierno nacional de Javier Milei, quien desprecia al Estado y es pro mercado.
Rossi convocó a 80 dirigentes, referentes y autoridades políticas provinciales y municipales a reflexionar en torno al “valor de la política como vocación, servicio, diálogo y esperanza”; un encuentro que se desarrolló en el Colegio Gabriel Taborín, del que también participaron referentes territoriales de la Arquidiócesis de Córdoba.
Basándose en la encíclica Fratelli Tutti (“Todos somos hermanos”) del papa Francisco, Rossi dijo: “Hace falta la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común; es necesario y urgente poner a la persona, a las personas concretas en el centro de la política y de las políticas. No deben ser las ideologías, ni los intereses particulares, ni el mercado, ni nada de eso lo primero que debe contemplar la política: primero es el bien de las personas”.
La iglesia católica viene en las últimas semanas levantando el perfil crítico respecto del gobierno de Javier Milei, que tiene en Córdoba a tres aliados: el propio gobernador, y los jefes parlamentarios Luis Juez (líder del PRO en el Senado) y Rodrigo de Loredo (jefe del bloque radical en Diputados).
Aunque Rossi no es abiertamente crítico de Milei, el encuentro con la conducción política cordobesa es una señal de la preocupación que hay por la profundidad de la crisis social generada en estos primeros meses de gestión.
Rossi reclamó “hacer política de otra manera”. Dijo el cardenal: “Se puede mostrar empatía sin que eso suponga debilidad. Se puede negociar con claridad y sin agresividad. Se puede trabajar con compasión a la vez que con tenacidad. Se puede ser fuerte y amable. Quizás el desafío sea el volver a poner a las personas en el centro de las políticas, y creer que la popularidad y el liderazgo aún pueden basarse en virtudes, que aún hay referentes compasivos y que, quizás, aún hay también esperanza y compromiso en el oficio político. No nos conformemos con menos”.
“Nos hemos acostumbrado a los esfuerzos dirigidos más a la costumbre de descalificar rápidamente al adversario, aplicándole epítetos humillantes, en lugar de enfrentar un diálogo abierto y respetuoso, donde se busque alcanzar una síntesis superadora”, dijo Rossi al hacer propios conceptos vertidos por Bergoglio.
Llamó la atención la mención tangencial de Rossi a las noticias falsas: “Un punto de partida importante para preparar nuestro corazón para el diálogo es considerar de qué fuentes obtengo mi información. ¿Son estas fuentes confiables y de larga trayectoria? ¿Es posible que yo u otros estemos siendo manipulados por personas o grupos que tienen sus propios intereses en mente?”, dijo el cardenal al advertir por la creación industrial de fake news, uno de los peligros que afrontan las democracias modernas.
Ante los políticos, generalmente adictos a las encuestas, Rossi se dio el gusto de hacerlos completar una encuesta digital, personal y anónima. A partir de una serie de preguntas, los presentes fueron invitados a reflexionar respecto de su rol social y las actitudes personales a asumir para mejorar su función. Las respuestas fueron compartidas y analizadas en el momento. Se destacaron las reflexiones de autocrítica, la identificación de desafíos, la necesidad de mejorar y transformar cada función.
En el plano de los compromisos personales, destacaron la escucha y la empatía como camino. Reconocieron la importancia de mejorar la conexión y la cercanía con las comunidades. Finalmente, mencionaron la importancia de la transparencia y honestidad, como así también del diálogo y el consenso entre todos los espacios políticos.
Además, estuvieron el intendente Daniel Passerini, los ministros provinciales Liliana Montero, Natalia Quiñonez, Paulo Cassinerio, Juan Pablo Quinteros y Claudia Martínez; el jefe de Policía, Leonardo Gutiérrez; la senadora Carmen Álvarez; los diputados nacionales Oscar Agost Carreño, Gabriel Bornoroni, Juan Fernando Brügge, Soledad Carrizo, Gabriela Estévez, María Cecilia Ibáñez, Luis Picat, y Laura Rodríguez Machado; y los legisladores provinciales Daniel Juez, Miguel Siciliano, Juan Pablo Peirone, entre otros.