Una docena de diputados de la UCR preparaban en estas horas las valijas para irse de esa bancada, al no poder alcanzar una mayoría suficiente para expulsar a los «radicales con peluca» acusados de ser «infiltrados oficialistas» en ese bloque. «¡A los botes!», bramarán los diputados que responden a Facundo Manes y Martín Lousteau cuando quede claro que la mayoría no empujará por la borda a los cinco radicales conversos que apoyaron al presidente Javier Milei con el veto a la ley de Financiamiento Universitario.
Los diputados de la discordia son Mariano Campero, Luis Picat, José Federico Tournier, Martín Arjol y Pablo Cervi, aunque algunos indultan a éste último por haberse abstenido en la última votación en torno a la ley universitaria. Los otros cuatro le dieron la espalda al partido y votaron con el Gobierno para blindar el veto. Estos cinco ya habían traicionado al bloque al votar en contra de la mejora a jubilados cuando se trató el veto a la reforma previsional.
Las decisiones de estos cinco radicales conversos, que llegaron al extremo de sacarse fotos en la Casa Rosada con Milei, llevó al límite la convivencia interna, que terminó por colapsar, por lo que mañana por la tarde se terminarán de sincerar las posiciones irreconciliables con la ruptura formal del bloque.
Según pudo reconstruir la Agencia Noticias Argentinas sobre el estado de la discusión, los cinco radicales libertarios no están buscando salir del bloque y sólo lo harían en caso de que haya una resolución general de expulsarlos.
La convivencia con los «rebeldes», que están con Lousteau y Manes, es a todas luces insostenible porque la UCR se enfrenta a un callejón sin salida: o decide sacrificar a esos cinco o los retiene al costo de perder a cerca de 11 diputados nacionales. Cualquiera de los dos caminos conduce a una pérdida. Desde lo estrictamente matemático, el precio a pagar si se van cinco no es el mismo que si se van 11.
¿Entonces por qué Rodrigo de Loredo, el presidente del bloque, prefiere quedarse con los cinco diputados oficialistas, que vienen votando sistemáticamente a contramano del partido?. «No es solo una cuestión numérica, sino política. Es parte de la interna del partido. Los gobernadores no le van a entregar el bloque a Lousteau», explicaron fuentes cercanas a la conducción de la bancada radical.
Según deslizaron desde el entorno de De Loredo, esos diputados que quedaron en la picota tras votar en contra del bloque sirven para contrapesar la influencia que tiene el grupo de legisladores que orbitan alrededor de Manes y Lousteau.
En una hipotética votación de renovación de autoridades, claramente esos cinco diputados se inclinarían por la continuidad de De Loredo como presidente de bloque antes que encumbrar a alguno de los «rebeldes», que tienen una impronta mucho más opositora y menos colaboracionista.
En principio, quienes saltarían serían una decena, pero están sopesando qué hacer la jujeña Natalia Sarapura y la santafesina Melina Giorgi. Martín Tetaz, por su parte, está más cerca de quedarse donde está que acompañar a la diáspora a sus (¿ex?) compañeros de Evolución Radical.
Todavía hay quienes entre los «rebeldes» sostienen la ilusión de que los diputados que están en el medio recapaciten y voten por la expulsión, pero eso no va a suceder, supo esta agencia. Las miradas en ese sentido apuntan a Julio Cobos, Mario Berletta, Fabio Quetglas y Atilio Benedetti.
«Mañana en la reunión de bloque esta gente deberá resolver qué hacen, dónde se paran porque no hay para la sociedad argentina medias tintas ante temas tan trascendentes. Se es opositor a Milei o se es cómplice», señaló un diputado radical que tiene decidido irse del bloque que encabeza De Loredo.
Cobos fue quien propuso darles una última oportunidad a los «radicales con peluca» haciéndolos firmar un compromiso de que de ahora en más se someterán a los lineamientos del bloque.
La inocencia del ex presidente mendocino quedará a la vista cuando esos cinco vuelvan a ayudar al Gobierno votando en contra, absteniéndose o ausentándose en la sesión que eventualmente pedirá la oposición para aprobar la ley de reforma del régimen de decretos presidenciales.
«¿Qué van a hacer Cobos, Barletta o Quetglas, que no tienen nada que ver con Milei, si mañana los diputados firman un papel que no tiene ningún valor, ya que ya avisaron que rechazan incluso la reforma de la ley de DNU? ¿Van a seguir conviviendo con esta gente que los acusan de ser funcionales al kirchnerismo por defender banderas históricas del radicalismo como la educación y los jubilados?», se preguntó el diputado radical que tiene sintonía política con Manes.
Según dijo, los cinco radicales con «peluca» ya blanquearon su postura e incluso esperan ser invitados por Milei a las reuniones que se hacen en la Casa Rosada junto al PRO y el MID.