En una reciente declaración durante una entrevista con A2V, el presidente electo Javier Milei anunció su postura firme respecto a los deudores de créditos UVA, desestimando la intervención estatal para brindarles asistencia durante su mandato.
Argumentó que aquellos que optaron por estos préstamos hipotecarios lo hicieron bajo su propio cálculo de riesgo y consideración de tasas de interés diferenciales.
«Ellos tomaron esos créditos en función de un diferencial de tasa de interés», expresó Milei en el programa. Comparó la situación con una elección personal: «Si yo decido tener una vida temeraria y, como consecuencia de ello, tengo una lesión, ¿le parece correcto que les pase las cuentas a ustedes?».
El presidente electo fue enfático al descartar cualquier apoyo financiero del Estado hacia estos deudores, indicando que tal acción se traduciría en financiamiento a través de la emisión de dinero, lo que provocaría un impuesto inflacionario que afectaría principalmente a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Esta declaración surge en un momento crítico para los deudores de créditos UVA, ya que en julio la Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto de ley que busca limitar las cuotas hipotecarias al 30% de los ingresos y establecer ajustes según el índice RIPTE, además de la creación de un Fondo Fiduciario de Compensación y Promoción Hipotecaria (FFCPH) y la suspensión de juicios de desalojo por un año.
Los créditos UVA, creados en 2016 durante el gobierno de Mauricio Macri, se ajustan al índice de la Unidad de Valor Adquisitivo (UVA), vinculado a la inflación, lo que puede resultar en cuotas variables que se han disparado en momentos de alta inflación, como ha ocurrido en algunos periodos recientes.
Esta postura de Milei despertó la controversia, ya que mientras algunos apoyan su enfoque en la responsabilidad individual, otros argumentan que el Estado debería intervenir para proteger a los ciudadanos que podrían verse afectados por los cambios económicos y financieros, especialmente en el contexto de una economía volátil.