Médicos recién graduados expresaron su profundo rechazo a la decisión del Gobierno nacional de anular las evaluaciones del examen de residencias para los postulantes con los puntajes más altos, medida que se tomó tras la detección de posibles fraudes y patrones anómalos en los resultados. La resolución afectó a 268 aspirantes, muchos de ellos egresados con honores, y generó una fuerte polémica en el ámbito médico.
Uno de los más críticos fue Juan Ignacio Sole, quien obtuvo 87 puntos sobre 100 y se mostró indignado: “Nos están llevando puestos a un montón de gente honesta”. El joven médico aseguró que la denuncia original provino del colectivo Médicos Argentinos, al detectar publicaciones en redes sociales donde profesionales extranjeros aseguraban haber comprado las respuestas al examen por sumas de hasta 3.000 dólares.
“Cuando vimos los resultados, nos llamó la atención que muchos médicos extranjeros con promedios muy bajos obtuvieron calificaciones altísimas”, explicó Sole. Según él, de los 256 aspirantes obligados a rendir nuevamente, al menos 150 son extranjeros, en su mayoría de Ecuador.
En ese sentido, sostuvo que el reclamo no es por xenofobia, sino por la necesidad de transparencia: “Queremos que se investigue, pero que no castiguen a quienes estudiamos durante meses con esfuerzo. Yo me preparé desde agosto del año pasado, 12 horas por día”, remarcó.
La medida también impactó a Maira Iglesias Ramos, médica egresada con Diploma de Honor de la UBA y un promedio de 8.74, que alcanzó 91 puntos en el examen. Visiblemente afectada, expresó en radio Splendid: “Ayer pensé en irme del país. Es devastador que te traten como sospechosa después de todo el esfuerzo”.
Iglesias renunció a su trabajo para dedicarse a estudiar a tiempo completo y también fue docente en la Facultad. La decisión de invalidar el examen la tomó por sorpresa: “El país debería estar orgulloso de nosotros, no darnos la espalda”, sostuvo.
La anulación fue anunciada por el vocero presidencial Manuel Adorni, quien explicó que se identificó un “patrón de desempeño anómalo” principalmente entre graduados en universidades extranjeras. Sin embargo, los afectados insisten en que no se debe generalizar ni invalidar el sacrificio de quienes lograron buenos resultados por mérito propio.
Mientras se espera una definición oficial sobre cómo continuará el proceso, los jóvenes médicos exigen que se revise la decisión y se individualicen las irregularidades sin perjudicar a todo un grupo que, afirman, “hizo las cosas bien”.