En una muestra de autonomía respecto al oficialismo, cuatro gobernadores que hasta hace poco se mostraban cercanos a la Casa Rosada se reunieron este miércoles en la Ciudad de Buenos Aires para exigir la aprobación de proyectos sobre biocombustibles y la coparticipación automática de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), aprobados por el Senado el pasado 11 de julio.
Los mandatarios Martín Llaryora (Córdoba), Carlos Sadir (Jujuy), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Claudio Vidal (Santa Cruz) e Ignacio Torres (Chubut) se encontraron en la Casa de Chubut a las 17, en una cumbre organizada con total hermetismo.
La agenda incluyó no solo la defensa de esos proyectos claves para sus provincias, sino también el análisis de la estrategia legislativa frente a los eventuales vetos del presidente Javier Milei a otras iniciativas ya sancionadas por el Congreso, como el aumento a jubilaciones, la extensión de la moratoria previsional y la declaración de emergencia en discapacidad.
A pesar de representar distintos espacios políticos, Sadir y Pullaro son radicales, Torres pertenece al PRO, Vidal tiene origen sindical y Llaryora es del peronismo cordobés, los gobernadores actuaron con un frente común.
Tras el encuentro, Ignacio Torres aclaró que no están “pidiendo plata a la Nación”, sino un reparto más equitativo: “Cuando el Gobierno habló de eliminar los curros de los fideicomisos, es exactamente lo que planteamos nosotros”.
El gobernador de Chubut denunció que partidas específicas como la del impuesto al combustible, destinadas por ley al mantenimiento de rutas, no se están ejecutando. “Podríamos hacer muchas obras si esos fondos se distribuyeran según los índices de coparticipación”, explicó.
Respecto a los ATN, Torres señaló que históricamente funcionaron como “látigo y chequera para premiar a gobernadores afines y castigar a los opositores”, y remarcó que representan apenas el 1% de la masa coparticipable, por lo que no afectan el equilibrio fiscal.
“No pedimos privilegios, sino justicia: que se reparta de forma equitativa entre todas las provincias”, afirmó el mandatario.
También rechazó un eventual “toma y daca” con el Gobierno en el Congreso: “No hay cambio de figuritas”, aseguró, y llamó a discutir seriamente una reforma previsional en el marco de un debate laboral más amplio.
Para ello, propuso activar el Consejo de Mayo como espacio institucional de debate: “Ahí están representados trabajadores, empresarios, gobernadores y el Congreso. Ese es el lugar para avanzar y darle dinámica a las reformas estructurales que el país necesita”, concluyó.