Una nutrida concentración tuvo lugar esta tarde en la Plaza de Mayo, donde confluyeron trabajadores del Hospital Garrahan, jubilados y agrupaciones militantes del campo nacional y popular, incluyendo sectores del peronismo y de la izquierda. La movilización estuvo atravesada por una serie de reclamos hacia el gobierno de Javier Milei, entre ellos, mejoras salariales, defensa de la salud pública y un fuerte repudio al reciente fallo de la Corte Suprema contra Cristina Fernández de Kirchner.
La protesta se produjo apenas un día después de que el máximo tribunal ratificara la condena a seis años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos contra la ex mandataria, en el marco de la causa Vialidad. Mientras los manifestantes denunciaban lo que consideran una persecución judicial, residentes y científicos del Garrahan se manifestaban con pancartas y cánticos por mejores condiciones laborales y salariales.
“La situación es insostenible. No podemos seguir trabajando con estos sueldos”, reclamó una profesional del hospital pediátrico, mientras una columna de militantes coreaba consignas de apoyo a Cristina Kirchner.
Desde Santa Fe, el gobernador Maximiliano Pullaro respaldó la decisión de la Corte y sostuvo que “todos los ciudadanos somos iguales ante la ley”. En una conferencia de prensa, aseguró que “lo de ayer fue justicia, no proscripción”, y enfatizó que los delitos cometidos por funcionarios públicos deben tener consecuencias.
En paralelo a la protesta, y en un gesto hacia su militancia, Cristina Kirchner se asomó al balcón de su domicilio en el barrio porteño de Constitución, donde fue recibida con aplausos y muestras de apoyo. Luciendo un buzo de la Universidad Nacional de La Plata, saludó a sus seguidores, que continúan movilizados tras la resolución judicial.
La Plaza de Mayo volvió así a convertirse en el epicentro de la tensión política nacional, reflejando un escenario polarizado donde conviven demandas sociales, judiciales y políticas.
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