Lo que se perfilaba como una fractura inminente del bloque de la UCR dio un giro narrativo inesperado y finalmente la decena de diputados que había amagado con romper aceptaron el pedido de tiempo y depusieron las armas.
Luego de frenéticas conversaciones telefónicas entre referentes de las distintas terminales políticas del radicalismo, se desactivó la bomba y se acordó una mesa de diálogo que empezará a funcionar mañana mismo con el objetivo de rediscutir el equilibrio interno en el bloque que encabeza Rodrigo de Loredo.
El motivo de la discordia estaba claro desde un principio: la negativa de la mayoría del bloque a echar a Mariano Campero, Luis Picat, José Federico Tournier, Martín Arjol y Pablo Cervi, quienes le dieron la espalda al bloque al no rechazar los vetos a las leyes de movilidad jubilatoria y financiamiento universitario.
De estos cinco, Tournier fue el único que faltó al cónclave, que se desarrolló en la oficina principal que tiene la UCR en el quinto piso del anexo, y fue el corolario de diálogos que no cesaron desde ayer hasta horas de la tarde de este martes.
Por caso, un diputado del grupo de los “moderados” que desde enero pasado no se comunicaba con Manes, este martes no paró de “whatsappearse” con el neurocirujano.
De parte del grupo que responde a Manes no hubo representantes en la reunión de bloque, y de Evolución solamente estuvo presente Danya Tavela. De todos modos, ya se había llegado a una fumata blanca antes.
La estrategia de mostrar los dientes por parte del grupo rebelde no dio los resultados esperados. Esa decena de legisladores apostó a persuadir a más diputados, pero al no tener éxito, reconocieron que no tenían la fuerza suficiente para iniciar una estampida y aceptaron negociar con la contraparte.
La mesa de diálogo estará conformada por diputados de los distintos sectores. De Loredo y Karina Banfi deberán designar a sus representantes, en caso de que ellos mismos desistan de participar.
De Evolución estarán seguramente Tavela y Carla Carrizo, mientras que Manes también tendrá que consensuar sus propios voceros. Por el grupo de “moderados” que encabeza Julio Cobos, la responsabilidad recaerá en Mario Barletta.
En el marco de las conversaciones, se acordó dejar a un lado la exigencia de que los cinco diputados radicales “con peluca” firmen un compromiso de «obediencia debida» y acatamiento partidario.
A cambio, le pidieron que no vayan a la reunión de coordinación parlamentaria de este miércoles en la Casa Rosada a la que los invitó el presidente Javier Milei. Sin embargo, no hubo un compromiso en ese sentido, y algunos de ellos persistían en su intención de asistir al convite presidencial.
“Hubo bandera blanca. Finalmente primó el sentido común”, señaló uno de los cinco diputados cuestionados por “los rebeldes” por su ayuda sistemática al Gobierno.
Cerca de De Loredo celebraron el alto al fuego, que le permite al bloque UCR comprar tiempo y evitar una sangría que sería exhibida públicamente como un signo evidente de debilitamiento político.
“No existe la disciplina partidaria desde el siglo XIX, con lo cual expulsar a gente es una lógica anacrónica”, razonaron las fuentes consultadas de la conducción del bloque en diálogo con la agencia Noticias Argentinas.
De todos modos, el conflicto está latente y promete reemerger cuando los diputados radicales conversos vuelvan a votar diferenciándose del bloque. En el grupo de Manes y Evolución siguen exigiendo la expulsión de los cinco libertarios y agregan a esto discutir una reorganización del bloque.
Según supo Noticias Argentinas, desde el sector del neurocirujano “piden ocupar la secretaría parlamentaria y rediscutir los lugares en los comisiones, ya que bajo la gestión de Soledad Carrizo en la secretaria parlamentaria se ha priorizado por demás al grupo de De Loredo-Cornejo sin respetar el equilibrio interno”.
Cerca de De Loredo niegan que en la mesa de diálogo acordada se rediscutan los cargos, y contestan que lo que se reconsiderará son las pautas para la convivencia interna entre grupos que tienen miradas diferentes.