Patricia Isasa, quien en 1976 había sido detenida, torturada y violada siendo una adolescente durante la última dictadura contó hoy que el represor que la vejó fue durante más de una década el empleado en la Municipalidad de Santa Fe, ciudad entonces gobernada por el actual presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti.
Al exponer en la comisión de Juicio Político donde se tratan los expedientes contra los integrantes del máximo tribunal, la mujer relató las peripecias que debió atravesar para que el represor fuera condenado, y reveló que Rosatti la ignoró cuando en una reunión acontecida en febrero 1998 le quiso advertir sobre el prontuario criminal de su empleado.
«Todo el mundo me decía que era el matón de Rosatti , que era el intendente de la ciudad de Santa Fe. Vos podés ser el intendente pero podés no saber quienes son tus empleados. Y aunque los conozcas, por ahí no conocés el currículum de tus empelados. Entonces me pareció que lo que correspondía era entrevistarse con él y decirle realmente quién era Ramos», recordó.
Isasa le contó al entonces intendente de la ciudad de Santa Fe que Ramos, además de ser el «amo y señor» de la represión en la comisaría donde ella estuvo privada de la libertad junto a un grupo de adolescentes, también lideraba una banda delictiva paralela con la que salía a robar.
«Lo detienen a Eduardo Alberto Ramos a fines de 1977. Trabaja en la represión en el 76 completo y 77 hasta fines de noviembre de 1977. Ahí es detenido por hechos comunes: privación ilegal de la libertad, robos reiterados y abusos. Es condenado por estos hechos a 16 años de prisión. Se lo muestro a Rosatti.
También tenía causas por corrupción de menores. Si lo comparamos con Robledo pucho, este es un bebé de pecho», expresó.
«Además de esto, es la persona que me secuestró, que entró a mi casa a cara descubierta, que nos torturó. No le conté (a Rosatti) lo de la violación porque me costó décadas hablar de esto», continuó.
La mujer le planteó a Rosatti que Ramos no podía ser empleado de la Secretaría de la Cultura por su falta de idoneidad y por haber sido juzgado por un delito doloso, pero no tuvo la reacción esperada por parte del funcionario.
«Ramos era amo y señor de ese lugar, me hizo de todo, pero de todo. Apenas entré me ató de todas maneras, me puso una capucha, nos pateaba, nos maltrataba. Un compañero se logró desatar, abrió la ventana y se quiso matar», evocó.
Al seguir con su relato, Isasa contó que «Rosatti no se comprometió a nada» respecto a la situación de su empleado.
«Ni blanco ni negro. Dijo ´qué barbaridad´ o algo así pero no hizo nada. Yo no me quedé con eso y seguí denunciando», indicó Isasa, que destacó que Ramos fue condenado y detenido en 2005 por delitos de lesa humanidad.
Al culminar su intervención, aclaró que no quiere que «castiguen» a Rosatti por la conducta «incompatible con el cargo», sino que su búsqueda es en pos de una Justicia «proba» que se comprometa con «la protección de los intereses públicos».
«Soy argentina, amo este país. Nos merecemos gente proba en la Corte. Las hay. Hay muchísima gente proba. No nos merecemos una persona como Rosatti», remató.