La Worldwide Independent Network of Market Research (WIN), la principal red global de firmas independientes de investigación de mercado y opinión pública presentó su más reciente Encuesta WIN Worldviews, junto con Voices en Argentina.
Este año, el estudio se realizó en 39 países y contó con la participación de 34.946 personas. El objetivo fue explorar las percepciones globales sobre la salud, los hábitos y las actitudes hacia una vida saludable. Los hallazgos revelan diferencias marcadas entre cómo las personas perciben su salud y sus comportamientos reales, influenciados por factores personales y sociales.
Las personas en el mundo se sienten saludables, pero factores personales influyen en esa percepción
En general, la visión sobre la salud personal sigue siendo optimista: el 75% de las personas a nivel mundial se considera muy saludable o saludable, sin grandes cambios desde 2018. Los países de la región Asia-Pacífico lideran en percepción positiva, con un 83%. Indonesia encabeza la lista, con un 97% de su población considerándose saludable, seguida por Vietnam (92%) e India (91%). En el otro extremo, Eslovaquia tiene la percepción más negativa, con solo el 56% considerándose saludable, seguida por Polonia (59%) y Chile (60%). En Argentina, un contundente 87% se considera saludable (un 25% muy saludable y un 62% bastante saludable).
El estudio también muestra que un mayor nivel educativo se asocia con mejor percepción de salud: el 21% de quienes tienen maestría o doctorado se considera «muy saludable», frente al 14% entre quienes tienen solo educación básica o nula. El estado laboral también influye: el 40% de las personas jubiladas o con discapacidad se perciben como “algo no saludables”, mientras que la cifra desciende al 24% entre quienes trabajan a tiempo parcial y al 18% entre quienes trabajan a tiempo completo. La edad sigue una tendencia similar: el 23% de los jóvenes entre 18 y 24 años se considera muy saludable, mientras que solo el 8% de quienes tienen más de 65 años afirma lo mismo.
En Argentina, también crece la autopercepción de salud (muy saludable + saludable) a mayor educación (90% en superior vs. 83% en primaria) y nivel socioeconómico (91% en ABC1 vs. 82% en DE). Es interesante mencionar que los habitantes del interior también se perciben más saludables.
Más de un tercio de las personas (35%) admite automedicarse —es decir, tomar medicamentos recetados sin indicación médica—: un 16% lo hace con frecuencia y un 19% a veces. Este comportamiento es más común en personas menores de 44 años y con bajo nivel educativo, alcanzando a 3 de cada 10 personas con educación básica o sin educación formal que señalan automedicarse con frecuencia.
Los países donde la automedicación es más habitual son Marruecos (39%), Pakistán (36%), Filipinas (31%), India (30%) y Japón (30%), mientras que es poco común en Vietnam (5%), Suecia (4%) y Noruega (2%). Estas cifras reflejan la compleja relación entre la percepción de la salud y los hábitos médicos, y la necesidad de mayor conciencia sobre los riesgos de la automedicación.
En Argentina, la incidencia de la automedicación está en línea con la mundial: 36% (12% regularmente y 24% a veces) y se da en forma más marcada entre mujeres.
Sentirse saludable no siempre refleja hábitos saludables
Los datos muestran que el sufrimiento de estrés, el mal descanso y el consumo de medicamentos recetados por un médico, están vinculados a una peor percepción del estado de salud.
En particular, el uso excesivo de pantallas tiene un impacto significativo: el 33% de quienes padecen ansiedad, depresión o cualquier otro problema de salud mental debido al uso excesivo de la tecnología, se evalúan como nada o poco saludables. Esta cifra cae al 21% entre quienes experimentan estos efectos negativos del uso de pantallas solo ocasionalmente.
Por el contrario, el ejercicio mejora notablemente la percepción de salud: el 85% de quienes hacen ejercicio con frecuencia se consideran saludables, mientras que esa cifra cae al 63% entre quienes no se ejercitan nunca o muy ocasionalmente. Otros hábitos positivos también impactan en la autopercepción de la salud: la meditación (83% de quienes la practican con frecuencia declaran sentirse saludables, frente al 73% de quienes no lo hacen nunca o casi nunca); la preocupación por una vida saludable (79% de quienes se preocupan por su salud se perciben saludables vs. 74% de quienes no están preocupados); el contacto con la naturaleza (81% de los encuestados que tienen contacto con la naturaleza se perciben saludables vs. 67% de los que no) y dormir bien (84% de quienes duermen bien vs. 53% de los que yo).
Curiosamente, ciertos comportamientos como el consumo de alcohol, la ingesta de vitaminas o la automedicación no parecen influir mucho en la percepción personal de salud: un sorprendente 76% de quienes beben alcohol con frecuencia se consideran saludables o muy saludables. También, aunque las personas que fuman con frecuencia se perciben como menos saludables (72% frente a 76% de los no fumadores), el impacto es menor al esperado.
Indonesia, por ejemplo, figura quinta en consumo intensivo de cigarrillos (25%), pero el 97% de su población se considera saludable. Sin embargo, el país tiene el índice más bajo de consumo excesivo de alcohol (0,3%). Le siguen Perú (7%) y Marruecos (5%) como los países con menor consumo de alcohol. En cuanto al tabaco, Perú también reporta la tasa más baja de fumadores (3%), seguido de Paraguay (4%) y Noruega (5%). Grecia lidera el ranking de tabaquismo (42%), seguido por Turquía (33%) y Serbia (29%). La incidencia de tabaco en Argentina es del 16%.
En general, menos personas beben con frecuencia en comparación con quienes fuman. Japón lidera el consumo de alcohol (41%), seguido por el Reino Unido (33%) e Irlanda (31%). Estas discrepancias entre la percepción de salud y los hábitos reales reflejan la compleja influencia de las normas culturales, la religión y las políticas sociales sobre los comportamientos de salud a nivel global. En Argentina, un 14% bebe con frecuencia, un 37% a veces y un 48% rara vez o nunca. Es un consumo marcado fuertemente por el nivel educativo y socioeconómico en el país, ya que crece en los estratos más altos.
El uso de pantallas afecta la salud, especialmente en jóvenes
Mientras que la mitad de la población mundial reconoce que el uso excesivo de tecnología afecta su salud física y calidad de sueño, casi una cuarta parte declara sufrir estos efectos con frecuencia. Además, un tercio identifica impactos negativos sobre su salud mental, con un 16% que reporta ansiedad, depresión u otros malestares causados por el exceso de pantallas.
Los jóvenes son los más afectados, experimentando estos problemas con mayor frecuencia. También las mujeres reportan más molestias físicas asociadas al uso de tecnología que los varones (55% vs. 48%).
En Argentina, los efectos de la pantalla en la salud se sienten más que el promedio global: un 66% declara haber perdido horas de sueño por uso excesivo de pantallas, un 62% declara que ha tenido consecuencias físicas tales como fatiga visual o mala postura, un 41% ansiedad o depresión con frecuencia o algunas veces.
Resultados en Argentina
A medida que el tiempo frente a pantallas sigue en aumento, estos hallazgos subrayan la necesidad de generar mayor conciencia y tomar medidas frente a los riesgos para la salud que implica el uso excesivo de tecnología.
Constanza Cilley, Directora Ejecutiva de Voices a cargo del estudio en la Argentina señala que «La tecnología ha irrumpido en nuestra vida cotidiana como aliada para informarnos, cuidarnos y hasta monitorear nuestra salud. Pero este avance trae también un nuevo desafío: aprender a habitar con conciencia el mundo de la salud digital. Hoy más que nunca necesitamos preguntarnos qué significa estar bien en una era hiperconectada. Porque el bienestar no se mide solo en pasos dados o pulsaciones registradas: también se construye en el silencio, en el descanso, en la presencia. Los datos muestran que el costo invisible del exceso de pantallas se manifiesta en la mente y el cuerpo, especialmente entre los jóvenes. Tal vez ha llegado el momento de rediseñar el equilibrio entre lo digital y lo humano, y de redefinir el cuidado en tiempos donde todo parece urgente, incluso la salud.»
Richard Colwell, presidente de la Asociación Internacional WIN, declaró: «A nivel global, la mayoría de las personas se percibe saludable, pero nuestros hallazgos revelan disparidades significativas influenciadas por la educación, el estado laboral y los factores culturales. El contraste entre la percepción personal y los hábitos reales sugiere una interacción profunda entre normas sociales y circunstancias individuales. Con esta encuesta, WIN busca seguir arrojando luz sobre estas complejidades y ofrecer a los líderes herramientas que impulsen cambios significativos en la salud y el bienestar a nivel mundial.»
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