Desde hace meses, el dueño del inmueble emplazado en barrio Nueva Córdoba, entre las calles Larrañaga, Ituzaingó y Av. Hipólito Yrigoyen N° 552, conocido como el Palacio Minetti”, decidió restaurar la vivienda para uso comercial. Este lote triangular fue adquirido por Sebastián Palacio y Lucía Minetti el 18 de octubre de 1908, con la finalidad de construir su vivienda. Palacio fue un importante ingeniero civil formado en la UNC, hijo de Sebastián Palacio Achával, santiagueño, médico de renombre que ocupó diversos cargos en el gobierno y en la Universidad, y de Carlota Beltrán Alcorta. Lucía, en tanto, era hija de Bartolomé Minetti y María Teresa Dianda.
Esta bella y elegante casa, se proyectó como chalet estilo anglonormando, y estuvo a cargo del proyecto el arquitecto italiano Joaquín J. Rezoagli, entre 1921 y 1924. Utilizó materiales de origen nacional, y un tanto de otros países, tal como hemos relevado fotográficamente en un estudio reciente del Archivo Fotográfico de Córdoba (AFC), cuya dirección ejerzo.
Durante la investigación el artista Ricardo Zavala nos acompañaba y comentaba los trabajos que se realizaban, como la reparación de moldes de estucados decorativos, limpieza profunda, pintado de paredes, arreglos de luces, colocación de piso laminado (espesor 9 mm), de pinotea sobre la madera original, también de pinotea; también se quitaron algunas paredes invasivas que no eran parte de la casa original. La reparación de vigas, que ya estaban carcomidas por el deterioro causado por el clima, la compensación de tejas francesas, hechas en piedras de color negras y que fueron cortadas para darle el aspecto de losa, entre otros detalles. Zavala también nos comentaba que en la casa hay diferentes tipos de madera, como el roble de Eslovenia, cedro inglés, nogal y raíz de rosa. Hemos observado vigas de pinotea con las siglas BA, es decir de Buenos Aires; asimismo han quitado muchas ramas de árboles y arbustos, que estaban causando problemas a la estructura.
Se trató de restaurar todo, pues los costos para su reparación son muy altos; se respetaron las normas que exigen su protección por ser un inmueble de valor histórico. Por supuesto que no se alteraron aquellas reformas realizadas en la década de 1970, como nuevas paredes para cocinas, renovación de cables eléctricos, del ascensor (que aún mantiene su originalidad), el nivel del patio, la recolocación de la pequeña puerta-reja del ingreso. Curiosamente, si uno observa de forma lineal hacia el Palacio Ferreyra, notamos que esta puerta da justo al ingreso del aquel inmueble. También hubo algunas reformas menores en la década de 1990.
El ascensor fue el único de industria argentina de la época, Ascensores Electra”: Número de máquina 3.597. Motor: 3172, HP: 6, Volts: 220380, Per: 50 (el cero fue mal colocado, en realidad quiere decir cantidad de personas: 5”), Amp: 1916, RPM: 1400. Se destacan la monumental viga, la más grande, sostiene el techo más alto de la casa; las dos chimeneas en la planta baja, o las estufas a gas empotradas en toda la casa; las baldosas cuadras y geométricas en varios puntos de la casa, con diferentes diseños o los mosaicos blancos hexagonales con diseños en los baños, con sus bañeras, inodoro con mochila de agua que tira con cadena. O sus calderas en la azotea, la escalera monumental de madera que alcanza hasta la azotea, candelabros majestuosos, balcones de madera que adornan vasos del mismo material, y las pequeñas cabezas de dragones que están debajo de los balcones (algunas destruidas).
El escultor Zavala es un apasionado guía, nos mostró los vitraux con los escudos heráldicos de la familia; no todos son iguales –comentaba– porque cada uno de ellos fue creado en diversas épocas, según a gusto de la familia, podríamos decir que mostraba la historia heráldica a través de los cristales. En esta casona aristocrática, la familia Palacio Minetti habitó por largas décadas, última en ocuparla fue la empresa Omint, de cobertura médica, como sucursal por casi 20 años. El actual propietario, consiente de su valor, colabora con Zavala en busca de materiales originales para su restauración, demostrando de este modo su genuina preocupación por proteger el inmueble.
Debido a su valor, el chalet fue incluido hace décadas en el catálogo de bienes patrimoniales, con la categoría Alta (Listado UCC 1979), desde la creación de la Ordenanza N° 11.190 y posteriores modificaciones.
Miembro de la Academia Provincial de la Historia