El intendente Martín Llaryora analizó ayer junto al presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia) de Córdoba, Luis Klinger, el sorprendente hallazgo en barrio Nueva Córdoba de la que sería la pieza original perteneciente a la escultura de Ana Frank, que fuera vandalizada en 2013 en la Plaza España de nuestra ciudad. Como se sabe, la cabeza” fue encontrada por un portero en la vereda de un edificio ubicado en la calle Obispo Oro al 450. Se trata de Juan José Torres, quien explicó que halló el objeto anteanoche alrededor de las 21, cuando finalizó sus tareas y fue a buscar su motocicleta estacionada al lado de un contenedor de basura, para regresar a su hogar.
Cuando la ví la pateé pensando que sería telgopor pero como era algo duro me acerqué a ver de qué se trataba. Cuando ví la escultura la guardé porque me pareció familiar”, relató. Al llegar a su casa, comenzó a googlear sobre el tema y confirmó su sospecha: posiblemente se trataría de la escultura de Ana Frank. Al finalizar el encuentro de la víspera en el Palacio 6 de Julio, la pieza fue entregada a las autoridades competentes y a la Fiscalía para hacer los peritajes correspondientes, que permitan confirmar si es efectivamente parte de la escultura señalada. Consultado al respecto, el subsecretario de Cultura de la Municipalidad, Federico Racca, consideró que nada es casual.
Autoridades iniciaron peritajes para saber si el objeto es parte de la estatua vandalizada
Nos avisó la Policía a través de su área especializada en recuperación de bienes patrimoniales. Me parece que es muy fuerte desde lo simbólico. Estaba en la vereda, justo el Día de la Mujer y cuando sabemos lo que está pasando. Enseguida hablé con el presidente de la Daia, por respeto a la comunidad judía”, señaló el funcionario. Cuidando las palabras, Racca no dudó en afirmar: La situación es doblemente simbólica. Es del orden del horror. Fue dejada ahí”. Uno no cree en el azar en estas cosas. En un día de profundo dolor por los femicidios en Córdoba y Argentina aparece la cabeza de una mujer, una figura que simboliza la Shoá (Holocausto), la lucha por un mundo mejor, por la igualdad, la memoria y los Derechos Humanos. Los cordobeses tenemos que apoyarnos.
Somos una ciudadanía democrática, que ha pasado por momentos tremendos, y seguimos peleando por el derecho del otro. Somos todos distintos. Ya nos pasó cuando atacaron la bandera de la diversidad”, repasó el subsecretario de Cultura municipal.