Por Giuliana Biasotto
Especialistas de la Defensoría del Público advirtieron sobre la necesidad de estar alertas frente a las nuevas metodologías de captación, a partir del uso de redes sociales y plataformas digitales, en la trata de personas y se refirieron a los nuevos factores que influyen en el combate de ese delito que se expandió con la tecnología.
Esta problemática fue analizada durante el encuentro virtual «Los mitos ocultos en las noticias sobre trata de personas», que la Defensoría del Público realizó esta mañana en el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, que Naciones Unidas instauró con fecha 30 de julio para concientizar sobre este delito.
«La trata de personas implica pérdida de la libertad, dificultades o impedimentos para la libre circulación, no poder portar la documentación personal que todos tenemos, además de toda clase de irregularidades en los ingresos o cobros por supuestos servicios que no son tales», señaló a Télam Hugo Muleiro, del área de capacitación de la Defensoría del Público.
Este delito se adecuó a los tiempos que corren, por lo que hay que tener en cuenta que en el mundo «no hay Estados que puedan por sí mismos enfrentar la trata de personas» y hacen falta ciudadanías «conscientes que puedan colaborar cada vez que se ven indicios de este tipo de delitos», añadió.
Uno de los principales problemas es que se sigue retratando este delito de forma «tradicional».
«Se muestran mujeres engrilladas o encadenadas, y en el proceso de captación hay mayor sofisticación. El método de captura ya no es con esa camioneta que se lleva a una persona», puntualizó.
Muleiro señaló que las captaciones violentas y forzadas en la vía pública «no desaparecieron», pero que son menos frecuentes, y que las redes sociales y plataformas digitales forman parte de las nuevas metodologías que se incrementaron durante la pandemia por coronavirus.
En ese sentido, remarcó que con la digitalización se ofrecen ofertas laborales que no necesariamente buscan captar únicamente a personas en situación vulnerable.
Natalia Rossetti, de la Defensoría del Público, explicó a Télam que éste es uno de los primeros «mitos» que rodean la trata de personas. «La imagen de víctima que suele mostrarse es de una persona que está en los márgenes de la vulnerabilidad, y la verdad es que muchas veces se juega con la posibilidad de mejorar la condición social de inmediato de sectores medios», advirtió.
Ambos especialistas coincidieron en que otra de las confusiones más comunes es vincular la trata de personas con la precarización laboral.
«Forma parte del concepto sociocultural que una persona atraviesa donde hay trabajadores en situaciones en las que cobran de forma irregular», y algo distinto son las situaciones de explotación laboral, dijo la especialista.
Según detalló Rossetti, hay tres indicadores que el Estado toma para saber si hay una situación de trata con fines de explotación: no percibir salario, la retención de la documentación y las condiciones insalubres del lugar de trabajo en donde se encuentran.
«En nuestro país, la trata con fines de explotación laboral es algo que se está incrementando porque las redes tratantes operan ante la necesidad de trabajar o mejorar la condición social», agregó.
La mayoría de los casos no son por captaciones forzosas, sino que son captaciones engañosas, aseguró Rosetti, quien remarcó la importancia de que se rompa con estos «mitos» para facilitar los canales de denuncia, consulta y combate a la tarta.
Otro punto cuestionado por los especialistas es la tendencia de vincular todas las situaciones de explotación sexual con la trata de personas, ya que no todas las personas que están en situación de explotación sexual son, a su vez, víctimas de trata.
«Una cosa es una persona que al no conseguir trabajo toma la decisión de prostituirse, y otra cosa es la persona que es obligada a hacerlo y es forzada», señalaron.
Es importante resaltar que dentro de los movimientos de mujeres hay grupos abolicionistas que consideran a la prostitución como forma de explotación en todas sus formas, mientras que otros la consideran como parte de una decisión propia dentro de sus libertades.
Además, se refirieron a las situaciones de trata con la explotación laboral infantil en donde el niño, niña o adolescente puede no estar realizando trabajo forzoso, pero sus familias sí y, en consecuencia, ser víctimas de trata.
«Lo complejo es que una es una situación donde se vulneran los derechos del niño en forma directa, y en otra la vulneración sucede desde su propio contexto. Los niños y niñas están en el mismo lugar donde trabajaban sus padres y ese es su único lugar de movimiento o desarrollo», señaló Rossetti.
Entre los nuevos factores que afectan a este delito están el cambio climático y las migraciones forzadas, que lo favorecen.
Estos nuevos movimientos migratorios que obligan a comunidades y familias a moverse fuera de un control estatal que garantice derechos, propicia que las personas estén más vulnerables ante la posibilidad de trata, remarcaron.
Ambos especialistas coincidieron en que el problema de la trata de personas «no se termina el día que la víctima es rescatada».
«El Estado argentino tiene responsabilidades en salud, vivienda y capacitación para el trabajo. La labor no termina el día del allanamiento. Las y los sobrevivientes de trata necesitan cuidado e intimidad para poder reponerse de un estado de vulneración que es gravísimo».
«La persona pierde completamente su valor, quien es víctima de trata pierde su poder de libertad», finalizó Rossetti.
Para denunciar delitos de trata y explotación debe comunicarse a la Línea 145 que funciona las 24 horas, los 365 días del año y es nacional, anónima y gratuita para orientación, asistencia y/o denunciar la desaparición de una persona.