El Programa Nacional MenstruAR fue oficializado en el Boletín Nacional, según informó el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Este programa busca fomentar la gestión menstrual sostenible y promover el cuidado ambiental a través del uso de productos sustentables como toallitas reutilizables y copas menstruales, entre otros.
El objetivo principal del programa es garantizar un acceso equitativo a los productos y servicios relacionados con la gestión menstrual. Fue presentado por la ministra Ayelén Mazzina a fines de mayo y se establece como una política integral que brinda apoyo y asesoramiento a los gobiernos locales para fortalecer los programas existentes sobre gestión menstrual.
La Resolución 393/2023, firmada por la ministra Mazzina, establece que el programa funcionará dentro de la Dirección Nacional de Articulación de Políticas Integrales de Igualdad, que depende de la Subsecretaría de Políticas de Igualdad.
«Lo que estamos haciendo es jerarquizando una política pública que ya está en marcha y que permite que hoy tengamos el país casi pintado de rojo, con más de 40 iniciativas (contra la desigualdad en el acceso a productos de gestión menstrual) que hasta ahora se enmarcaban en una Línea de Gestión Menstrual y que ahora serán parte del programa nacional MenstruAR», dijo Mazzina ante más de 60 promotores territoriales y autoridades de género y diversidad, tanto provinciales como locales.
Creada en marzo de 2022 en el marco de la Dirección Nacional de Articulación de Políticas Integrales de Igualdad del Ministerio, la Línea de Gestión Menstrual permitió hasta ahora la capacitación de 1.568 personas de 27 localidades del país y la entrega de más de 10 mil copas menstruales. También brindó asistencia técnica y acompañamiento en la elaboración y presentación de ordenanzas sobre gestión menstrual a 26 municipios que no contaban con dicha legislación.
«La lucha por el aborto legal, seguro y gratuito amplió nuestra agenda de discusión y en 2020 logramos crear el Foro de Justicia Menstrual para visibilizar que existía una desigualdad, que había un montón de pibas y de pibes (trans o no binaries) que no tenían para costear entre uno y dos paquetes de toallitas por mes, que faltan a la escuela o que dejan de hacer actividades por incomodidad o vergüenza o que utilizan paños o trapos que son perjudiciales para la salud», agregó.
Con la creación del programa MenstruAR que tiene por objetivo garantizar el acceso a los insumos para la gestión menstrual a través del fortalecimiento de los programas municipales a ella abocados, la apuesta es a «seguir educando, sensibilizando, capacitando» para honrar «el compromiso que tiene el Estado de poner este tema en agenda, de garantizar derechos para que las familias no tengan que pensar dónde ajustan la economía porque no tienen para comprar el paquete de toallitas» mensuales.
«Menstruar es político y pensar en achicar las brechas de la injusticia también es político. Y si las feministas todo el tiempo tenemos que dar explicaciones de nuestra agenda de igualdad de género, imagínense lo difícil que fue en su momento -y que sigue siendo- hablar de menstruación y poner este tema en la agenda de la política pública», dijo.
En ese sentido, Mazzina cuestionó a «los medios amarillistas que en algún momento dijeron que era el ‘Ministerio de la Menstruación'» para cuestionar como «gasto» las políticas de gestión menstrual que implican, en cambio, «una inversión» en vistas para «crear posibilidades».
Además, se crea la mesa intersectorial federal de articulación del Programa de acceso igualitario a la gestión menstrual sostenible, que estará compuesta por representantes de género y diversidad de los tres niveles de gobierno, así como de organizaciones sociales, políticas, sindicales, productivas, empresariales y no gubernamentales, tanto del sector público como privado.
Qué dice el informe
Según un informe de diagnóstico sobre el uso y la percepción de insumos de gestión menstrual, en Argentina más de 12 millones de personas menstrúan. El 60% de las personas encuestadas utiliza toallitas descartables, seguidas de los tampones (15%) como los productos más utilizados. Además, entre el 40% y el 50% desconoce los efectos secundarios para la salud y el impacto ambiental de estas opciones.
El informe también revela que más del 95% de las personas considera que el Estado debería eliminar el IVA de los productos de gestión menstrual y distribuirlos de forma gratuita en escuelas, cárceles y centros comunitarios. Además, el 43% se vio obligado a cambiar sus hábitos en el uso de estos productos debido a razones económicas.