El Centro Cultural Paseo Córdoba de la Nueva Andalucía quedó ayer formalmente habilitado al público. Se trata de un conjunto edilicio en pleno centro de nuestra ciudad, en la esquina de las calles Duarte Quirós y Obispo Trejo, perteneciente a la Universidad Nacional de Córdoba UNC). La obra representa la evolución de la arquitectura en Córdoba, y consta de tres construcciones de distintas épocas: el antiguo refectorio o comedor jesuítico, que data del siglo XVIII, un edificio del siglo XIX, donde funcionó el antiguo Instituto Técnico Universitario (ITU), y un flamante edificio de características más modernas, según indicaron desde la UNC.
En total, el centro cultural cuenta con más de 3.000 metros cuadrados, un auditorio para la realización de múltiples eventos, una plaza arqueológica, y un museo de sitio. Además, en conjunto con la Municipalidad, se construyó un paseo peatonal que permite disfrutar y aprovechar el conjunto edilicio. La esquina donde se localiza el centro cultural reviste gran importancia, ya que forma parte del patrimonio jesuita, al integrar la serie de conjuntos manzana y estancias jesuíticas de Córdoba, declaradas Patrimonio de la Humanidad por Unesco en el año 2000.
Fueron tan numerosos los hallazgos arqueológicos durante los distintos estratos de las excavaciones científicas que se decidió el armado de un museo que conjugue un monumento y un área arqueológica. Se encontraron en buen estado de conservación cimientos, partes de muros y bóvedas hacia el sur de la calle Duarte Quirós, diseñados por los jesuitas. Estos muros, junto a las vigas de madera originales del refectorio jesuítico, son las piezas más antiguas descubiertas hasta el momento y datan del año 1650.
Los sectores identificados abarcan parte del patio de la botica del conjunto jesuítico de Córdoba, el refectorio (comedor) y posiblemente otros sectores de trabajo hacia el sureste, donde se registran las permanencias más antiguas, todas ligadas a las áreas de trabajo de la orden. La singularidad e importancia del refectorio radica en que se trata del último espacio en el que la orden estuvo, hasta que fueron detenidos en 1767. Para poder conocer en su totalidad toda la riqueza cultural del lugar, se instalaron pasarelas sobre la plaza arqueológica desde las que los visitantes podrán apreciar los muros, pisos y el trabajo de los arqueólogos en el lugar.
Un numeroso equipo interdisciplinario realizó los trabajos
A partir del año 2016, la UNC proyectó y ejecutó el plan integral de intervención, que abarcó el refectorio jesuítico, el edificio ex ITU y el nuevo edificio del centro cultural. El trabajo implicó estudios con georradares para la demarcación de las zonas a excavar, además de numerosas herramientas y materiales, así como una minuciosa tarea de relevamiento, restauración, cálculo estructural y completamiento de obra.
Fueron varios los profesionales que formaron parte de este proyecto que pretende aportar a la interpretación del conjunto jesuítico de Córdoba. Arquitectos, historiadores, biólogos, restauradores, especialistas en patrimonio y un equipo de arqueólogos coordinados por el área de Arqueología de la Provincia de Córdoba, fueron quienes tuvieron a cargo el avance de los trabajos en el área de intervención con la intención llevar al espacio público las huellas arquitectónicas jesuíticas.
El objeto fue revalorizar el legado de los Jesuitas, los materiales y sistemas de construcción utilizados por esta orden y los procesos productivos, sociales y culturales que impulsaron desde sus orígenes. Asimismo, se pretendió dar cuenta de la superposición a través de 500 años de un convento urbano, vivienda, biblioteca, e instituto universitario.
Llaryora felicitó a Juri por continuar el proyecto de Scotto
Ante una numerosa audiencia, el rector de la UNC fue el encargado de la apertura del evento. Hugo Juri aprovechó la oportunidad para remarcar que fue durante el mandato de la ex rectora Carolina Scotto, quien estuvo presente en la ceremonia, cuando se planificó la realización del centro cultural. Además, agradeció el apoyo y trabajo conjunto con el gobierno de Córdoba, la Municipalidad, y el gobierno nacional.
A su turno, el intendente Martín Llaryora felicitó al rector y a los equipos implicados en la obra, y subrayó la importancia de poder continuar con trabajos y procesos iniciados por gestiones anteriores. “El hecho de que hoy estemos celebrando la inauguración de un espacio que inició una gestión y pudo concluirlo otra nos debe llenar de orgullo y hay que destacarlo una y otra vez, porque se trata del camino que siempre deberíamos seguir”, ponderó el Intendente.
“Nos encontramos aquí fortaleciendo una tradición no solo tangible, sino también intangible, porque el legado jesuita es parte del ADN cordobés. Sin dudas sigue vigente su impronta, su herencia, sus enseñanzas, pero que exista un lugar más para rememorarlo es sin dudas una grandísima noticia”, agregó el jefe municipal.