La Cámara Federal de Casación Penal concedió al menos tres prisiones domiciliarias a represores condenados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar.
Entre los beneficiados por esta resolución está el exdirector de Investigaciones de la Policía Bonaerense Miguel Etchecolatz, quien tiene varias sentencias a prisión perpetua.
A su vez, dos de los fallos benefician a represores condenados por el caso conocido como Contraofensiva Montonera, en el que se juzgaron los secuestros, tormentos y homicidios cometidos contra militantes de esa organización política que volvieron del exilio entre 1979 y 1980 para enfrentarse con las Fuerzas Armadas durante la dictadura.
Las resoluciones corresponden a la Sala II de Casación, integrada por los jueces Carlos Mahiques, Guillermo Yacobucci y Ángela Ledesma, quienes decidieron de forma unánime en todos los casos.
La resolución que beneficia a Etchecolatz fue adoptada en el marco de la causa en la que se encuentra procesado por el asesinato de Horacio Alejandro Benavides, un militante de 22 años ejecutado en septiembre de 1976, a metros de la Plaza Moreno de La Plata, por un grupo de represores de la Dirección General de Investigaciones.
Para conceder el arresto domiciliario al multicondenado represor, los jueces consideraron que tiene 93 años y que, como planteó su defensa, su salud sufrió un deterioro por la supuesta falta de recursos del Servicio Penitenciario Federal para poder asistirlo debidamente.
Por su parte, el abogado Pablo Llonto, representante de la querella, se había opuesto a que se le concediera tal beneficio, e incluso aseveró que «las patologías presentadas por Etchecolatz se encuentran tratadas adecuadamente» y resaltó que «el hecho de que se encuentre actualmente en el Sanatorio en Merlo, es prueba de que se puede garantizar su derecho de acceso a la salud».
Los fallos del caso Contraofensiva Montonera beneficiaron al militar retirado Mario Ocampo, de 74 años, y al exjefe de Contrainteligencia del Batallón 601 durante la dictadura cívico militar, Luis Ángel Firpo (90), a quien en el pasado debieron revocarle una prisión domiciliaria tras corroborar que la había violado.
Ambos represores fueron condenados por el Tribunal Oral Federal 4 de San Martín, que hará efectiva la prisión domiciliaria con la que fueron beneficiados Firpo y Ocampo, cuando se cuente con los dispositivos electrónicos para poder vigilarlos, informaron fuentes del caso.
El repudio de organismos de Derechos Humanos
Familiares de víctimas del represor multicondenado Miguel Etchecolatz repudiaron el fallo de la Cámara de Casación y afirmaron que con esa resolución los jueces «volvieron a desaparecer a sus familiares».
«Repudio la decisión de los jueces que le dieron la domiciliaria a un genocida. Hoy siento que con este fallo los jueces volvieron a hacer desaparecer a nuestros familiares, los vuelven a ocultar en las tinieblas», dijo a Télam Marta Úngaro, hermana de Horacio Úngaro, uno de los estudiantes secuestrados y desparecidos en el hecho conocido como «La Noche de los Lápices».
La mujer expresó que Miguel Etchecolatz «tiene que recibir toda la atención médica que requiera, pero debe cumplir hasta el último día de condena en cárcel común y efectiva».
«Etchecolatz aún nos tiene que decir dónde está Clara Anahí Mariani (la beba apropiada tras asesinar a su madre en La Plata), dónde está el cuerpo de mi hermano y dónde está Jorge Julio López», puntualizó la mujer.
Marta afirmó que pensaba que «con las condenas teníamos un poquito de justicia, pero no, no puede ser que la justicia nos haga pagar de esta manera».
«Repudio que le concedan la domiciliaria, que pueda estar en su casa gozando de ese beneficio, Etchecolatz es un anciano, pero es un genocida; es un anciano pero es un asesino y debe estar en cárcel común, perpetua y efectiva, asistido por médicos pero en ese lugar», añadió.
También expresó su repudio Rubén López, uno de los hijos del albañil Jorge Julio López, quien declaró como sobreviviente de la dictadura en 2006 en el juicio al genocida, y durante el cual desapareció por segunda vez.