Hay momentos en los que se abre un portal hacia otros mundos. Personajes de animé, videojuegos, comics, series o películas cobran vida gracias a quienes eligen habitarlos por unas horas. Son cosplayers, artistas del detalle, expertos de la improvisación, diseñadores con mucho ingenio que se transforman en peluqueros, maquilladores, pintores y costureros. En cada evento, se presentan con trajes y accesorios minuciosamente elaborados, acompañados de gestos, movimientos, poses, voces y, sobre todo, mucha pasión.
No se trata solo de parecerse, sino de ser otro por unas horas. El cosplay se diferencia de un disfraz convencional por la atención al detalle, el compromiso con la fidelidad estética y el deseo de encarnar por completo la esencia de ese personaje. Cada atuendo implica planificación, confección y dedicación.
Para conocer de qué se trata este mundo, me reuní con un grupo de cosplayers y con dos organizadores de una fiesta que se realiza una vez por mes en nuestra ciudad: la XXXtreme (ig: xtreme.cba). Lo que no me esperaba era que, al llegar, la entrevista sería con Pyramid Head, Huggy Wuggy, D.Va, Rem, las hermanas Dimitrescu, Rei Ayanami, entre otros personajes. No todos los días uno se encuentra charlando con figuras que parecen salidas de otro mundo.
Aunque cada persona vive el cosplay de una manera particular, todas las experiencias comparten una misma esencia: la pasión por interpretar a un personaje y la construcción de una identidad colectiva, donde la creatividad, el ingenio y el esfuerzo son protagonistas.
La comunidad de cosplayers dedica un trabajo considerable a la creación de sus atuendos. La preparación de un cosplay puede variar desde una semana hasta más de dos meses e incluso más, dependiendo de la complejidad y de los «props» (accesorios) que el personaje requiera.
Esto fue lo que contó Agustina, una de las hermanas Dimistrescu, quien relató que para un traje que hizo con 60 dinamitas le tomó dos meses solo para elaborar los props. La creatividad es clave y «se las ingenian» utilizando materiales insospechados de ferreterías, o reciclando objetos para crear nuevos elementos. Mel, que fue Rem en esta ocasión, añadió que la esencia del cosplay es «ver qué podés hacer con lo que tenés en casa».
El costo de estos trajes puede ser significativo, con inversiones que rondan los $125.000 o incluso $200.000 para los más elaborados. Aunque confeccionar el propio traje reduce gastos, hay quienes optan por pagar a «cosmakers» o «propmakers» para ahorrar tiempo. Pese a la inversión, la mayoría de los cosplayers no suelen repetir sus atuendos en cada evento. Agustina mencionó que el traje que tenía puesto lo usó solo dos veces en dos años, y que no les gusta repetir para no perder «lo especial de ese traje».
Muchos cosplayers deciden separar sus perfiles de Instagram personales de sus cuentas de cosplay para mantener una imagen más profesional o artística y para interactuar exclusivamente con la comunidad. Julieta, una joven de Villa María en el papel de otra de las hermanas Dimitrescu, lo describió como una «segunda vida» o una «vida oculta», dado que su faceta de cosplayer difiere de su vida profesional o familiar. Sin embargo, la intención no es ocultarlo por vergüenza, sino para diferenciar audiencias. Para algunos, el cosplay incluso ayuda a superar la introversión.
Los cosplayers son una atracción clave en los eventos, especialmente para el público infantil que se «avalancha» para sacarse fotos con sus personajes favoritos, así lo contó Génesis, que fue Pyramid Head en esta reunión. Señaló que le gustaría recibir algunos beneficios o viáticos para compensar las horas y el dinero que invierten en los eventos.
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XXXtreme: la fiesta más grande de cosplay en Córdoba
Hace 12 años, en las pistas de La Barra Boliche, nació la XXXtreme, una propuesta innovadora y diferente pensada para que la comunidad friki pudiera disfrutar y divertirse en un espacio nocturno propio.
Su creador, Joaquín Duarte, conocido como Joaco en la comunidad, explica que la iniciativa surgió al adaptar eventos diurnos con stands y shows en vivo, como «Anime Shop», a un formato nocturno. “La idea era que el público otaku, friki o básicamente fan del anime, quisiera salir de noche y no se sintiera instigado, no se sintiera con vergüenza”, explicó Joaco. Quien aseguró que fue una propuesta innovadora dentro de la escena cordobesa.
Sobre la XXXtreme, Joaco contó que con el tiempo la fiesta cambió significativamente. Porque si bien al principio se consideraban concursos y juegos, la gente prefería bailar y expresarse libremente en la pista. Para mantener el interés y evitar que la propuesta «muriera», se introdujeron diferentes temáticas como circo, militar, policía, aliens, videojuegos y retro, cambiando la decoración, los bloques musicales y las actividades.
La música en esta fiesta combina múltiples géneros y se adapta a la temática de cada edición. Además de incluir música de moda, electrónica y cachengue, uno de los momentos más emocionantes llega cuando suenan los clásicos openings de anime. Según Joaco, el de Dragon Ball es el que más entusiasmo despierta entre los asistentes, generando una ovación en la pista.
Rober, parte del equipo organizador de la fiesta, explicó que uno de los pilares es el cosplay, aunque no es un requisito excluyente para participar. “Siempre decimos que no es obligatorio venir disfrazado, pero definitivamente es más divertido”, afirmó.
En el marco del aniversario de la XXXtreme, la consigna es abierta: cualquier cosplay es bienvenido. “La hacemos más genérica para que venga toda la gente con lo que quiera. Uno puede venir como quiera, incluso sin cosplay, pero la mayoría se suma porque acá encuentran un lugar donde expresarse sin que los miren raro”, explicó Rober.
La XXXtreme se convirtió en una salida fija para muchas personas que no se sienten cómodas en boliches tradicionales. Actualmente, cada edición convoca a unas 600 personas, y en sus noches más exitosas, la asistencia puede llegar a las 1.000. “Cuando hay temática, la gente se entusiasma más. Si no hay una propuesta clara, muchos directamente no salen. En nuestra comunidad, las fiestas temáticas son lo que moviliza”, señaló Rober.
“Somos más del palo friki: nos gustan los videojuegos, el anime, las series. No es que salimos todos los fines de semana a bailar. Entonces, para muchos, esta fiesta es la salida del mes, el único lugar donde se sienten parte de algo”, resumió Rober, destacando el sentido de pertenencia que se genera en cada edición.
Con los años, el evento logró construir una comunidad estable. Según Rober, la mirada ajena a veces es de curiosidad, pero también de sorpresa: “Por ahí hay gente que no entiende la onda y se va. Pero también hay quienes vienen por primera vez, les encanta, y no faltan más”.
Y concluyó con una idea que condensa el espíritu del evento: “Todos tenemos un lado friki. Te puede gustar Harry Potter, Dragon Ball, el cosplay, los cómics o los videojuegos. Algo hay. Y cuando venís a la XXXtreme, eso se despierta. Y sin darte cuenta, ya sos parte de esta comunidad”.
Otros eventos
Además de la XXXtreme, la comunidad friki y otaku de Córdoba también se reúne en otros eventos clave como la CAF (Córdoba Anime Fest), el Córdoba Anime Day y la Freakout (ig: freakout.cba).
Esta última es otra fiesta temática organizada por Joaco, con la participación de Rober en el área de gastronomía y la coordinación de artistas. La próxima edición de la Freakout será el sábado 23 de agosto desde las 21hs en Checa Cervecería (Av. Hipólito Yrigoyen 520, esquina Ituzaingó), bajo el concepto de cosplay bar. La propuesta combina fiesta y cultura japonesa en una experiencia inmersiva con comida típica, tragos de autor y atención personalizada por maids (mozas vestidas al estilo anime). La entrada es libre y gratuita.
En tanto, la XXXtreme celebra sus 12 años con una edición especial el sábado 16 de agosto, desde la medianoche hasta las 5 en La Barra Boliche (Lima 152). Las entradas ya están disponibles a través de alpogo.com