En los últimos años, el fútbol para ciegas emergió como una disciplina que no solo desafía los límites físicos, sino que también se convierte en un vehículo de integración y transformación social. Argentina, desde Córdoba, demostró un crecimiento importante en esta modalidad, consagrándose como una potencia a nivel internacional y logrando una destacada participación en las competencias.
El fútbol para ciegas, también conocido como fútbol 5, es una disciplina adaptada para personas con discapacidad visual. Los partidos se juegan en un campo reducido, con cinco jugadores en cada equipo, y utilizan una pelota que emite sonidos para que los deportistas puedan localizarla mediante el oído. La práctica requiere de una aguda coordinación, concentración y trabajo en equipo, además de una confianza ciega en los compañeros y en el guía que dirige el juego desde el exterior del campo.
Más allá de los beneficios físicos evidentes, como la mejora en la condición cardiovascular, la fuerza muscular y la coordinación motora, esta disciplina tiene un impacto profundo en la inclusión social. Participar en el fútbol para ciegas permite a las personas con discapacidad visual experimentar el deporte de manera activa, promover su autonomía y potenciar su autoestima. Es un espacio donde se rompen barreras, se desafían prejuicios y se fomenta la igualdad de oportunidades.
En Argentina, el crecimiento de esta disciplina fue notorio. Desde Fadec (Federación Argentina de Deportes para Ciegos) se impulsaron programas de capacitación, torneos nacionales (en Argentina se juega La Liga Nacional) e internacionales, y campañas de sensibilización que visibilizan las capacidades y el valor de las personas con discapacidad visual. La selección argentina obtuvo excelentes resultados en competencias internacionales, situándose como una referente en la región y el mundo. De hecho, la selección argentina se quedó con el primer campeonato mundial de fútbol para ciegas que se celebró en Birmingham en agosto de 2023, y contó con la participación de 16 equipos.
Pero quizás el avance más significativo radica en el impacto social que genera. El fútbol para ciegas actúa como una herramienta de inclusión, promoviendo la integración de personas con discapacidad en la comunidad, en ámbitos educativos y laborales. Además, fomenta la empatía y la sensibilización en la sociedad, contribuyendo a construir una cultura de respeto y aceptación.
En definitiva, el fútbol para ciegas en Argentina no solo es una pasión deportiva, sino un ejemplo de cómo el deporte puede ser un motor de cambio social. La conquista de títulos y medallas refleja el talento y el esfuerzo de las deportistas, pero también simboliza un paso más hacia una sociedad más inclusiva, donde todos tengan la oportunidad de jugar, soñar y crecer.
Las Murciélagas, tal el apodo de la selección argentina, son dirigidas actualmente por el cordobés Gonzo Abbas Hachache, quien fuera el arquero de la selección masculina de ciegos que consiguió dos títulos mundiales: Río de Janeiro 2002 y Buenos Aires 2006.
Con la consagración, en Birmingham, Las Murciélagas escribieron la primera página dorada de su corta historia. Es que si bien en nuestro país el fútbol para ciegos comenzó a desarrollarse a principios de la década del ’90 en la rama masculina, recién hace siete años se empezó a trabajar en la rama femenina con un enfoque más profesional.
Fue en 2016, cuando Fadec puso en marcha un proyecto en conjunto con la IBSA (Federación Internacional para Personas con Discapacidad Visual) para promover la práctica de este deporte más allá del ámbito recreativo, ampliar el número de jugadoras dedicadas al alto rendimiento y trabajar en reglamentar una Liga Nacional, que hoy ya cuenta con cinco equipos.
El cordobés Abbas Hachache le cuenta a Hoy Día Córdoba cómo comenzó todo: Yo empecé en el fútbol para ciegos como arquero de Los Murciélagos desde el 2001 hasta el 2010. Tuve la posibilidad de integrar el equipo masculino que ganó los mundiales del 2022 y 2006 y de estar en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 y Beijing 2008. En el año 2011 dejo de ser convocado para la selección argentina y empiezo mi carrera como entrenador. Se me ocurre desarrollar el fútbol para ciegas. Había dos chicas, Guadalupe Romero y Ángeles García, que me preguntaron sobre el fútbol femenino y bueno, de ahí iniciamos todo el trabajo del desarrollo en el Club Municipalidad de Córdoba. Pedí la autorización al área de discapacidad a cargo de Juan López y largamos con el fútbol femenino. Empezamos a investigar y no había equipos de fútbol femenino a nivel mundial. Encontramos un solo antecedente de un partido que habían jugado un equipo de Brasil y un combinado de Europa. Salvo eso, no había antecedentes de competencias para el fútbol femenino.
La cosa iba tomando forma. La historia empezaba a ser escrita desde Córdoba, más precisamente en Alta Córdoba, en el Club Municipalidad.
“Empezamos con ese trabajo de desarrollo, al que se sumaron Santiago Jugo y Lucas Rodríguez. Primero fueron campus de entrenamientos con convocatorias a chicas de diferentes lugares, de diferentes provincias, profes, entrenadores. De a poquito fuimos creciendo y a través de las redes sociales pudimos llegar a distintos países y convencer y generar la motivación para practicar el fútbol femenino. En 2018 se arma la selección argentina de Las Murciélagos y Fadec designa a Darío Lencina como entrenador para afrontar el primer Mundial, que se iba a disputar en el 2020 en Nigeria. La pandemia del Covid imposibilitó la realización del torneo. En 2021, la nueva comisión directiva de Fadec nos convoca junto a ´Santi´ a conformar el cuerpo técnico de Las Murciélagas. Desde ahí empezamos a trabajar con concentraciones mensuales, con un gran trabajo en el desarrollo, y pudimos participar del Mundial que se realizó en Birmingham en 2023, en el que fuimos campeones. Primer Mundial de la historia y lo ganamos nosotros”, cuenta Abbas Hachache.
Hablemos de Libertad
Gracia Sosa es una de las integrantes cordobesas de Las Murciélagas. Capitana y referente, está considerada como una de las mejores jugadoras del mundo. De hecho, en el Mundial de Birmingham fue elegida la Jugadora Más Valiosa.
“El fútbol en sí es un deporte muy lindo. Yo lo jugué siempre, desde chiquita. Tengo cuatro hermanos varones, así que imaginate que había fútbol en casa pero a fondo. Siempre tuve una pelota con una bolsa y bueno, arranqué a jugar al fútbol en Las Guerreras y no me fui nunca más. Es un deporte que no cambiaría por nada en el mundo. Siempre quise jugar, siempre quise que pudieran participar otros países, así que esto de jugar e integrar la selección es un sueño hecho realidad. Un sueño que hasta que el cuerpo me diga ya no juguemos más, no lo voy a dejar. Es libertad. Siempre digo que la cancha es libertad para mí. Es un lugar donde sé que puedo correr sin miedo. Están las vallas para aguantar, los entrenadores que te guían. Es un lugar donde uno puede hacer lo que quiere con la pelota. Así que es la libertad. Y eso a mí me encanta”, dice Gracia.
El socio de “Gonza”
Santiago Jugo es el ayudante de Gonzalo en la preparación y el guía durante los partidos. En el fútbol para ciegos, el guía tiene un papel fundamental para ayudar a los jugadores/as a orientarse y tomar decisiones estratégicas. Ubicado detrás del arco contrario, proporciona información verbal a los jugadores, indicando la ubicación del balón, de los compañeros y oponentes, así como la mejor posición para atacar o defender. Además, en las jugadas con pelotas paradas (penales o tiros libres), señala los postes con el golpe de una varilla.
“Yo creo que lo más importante que tiene el fútbol femenino es el concepto de construcción colectiva, que se viene dando desde el año 2012, cuando empezamos en Córdoba con las primeras chicas. Cuando Gonzalo me convoca, la idea era empezar a desarrollar el deporte en Córdoba sumando a profes y jugadoras de todos lados. A nivel selección el proceso fue similar. Se creó la selección argentina y bueno, hemos compartido conceptos o formas de trabajar con otras selecciones, con otros cuerpos técnicos. Lo más importante es la construcción colectiva que se está desarrollando en el deporte. El gran objetivo que tiene el fútbol femenino para ciegas es formar parte oficialmente del programa paralímpico de un Juego. Ojalá sea para Los Ángeles 2028. Todas las selecciones, más allá de la competencia, estamos trabajando para ese logro. De mi parte, integrar la selección argentina es un sueño hecho realidad, una gran responsabilidad, pero también un gran orgullo”, cuenta Santiago.
“Cuando uno hace algún deporte siempre sueña con jugar en la selección, en mi caso no me tocó jugar, pero bueno, con la invitación de Gonzalo, con muchos años trabajando juntos, me sumé al cuerpo técnico y la verdad que lo disfruto mucho. Disfruto mucho mi rol como guía, porque si bien es un rol técnico, estoy adentro de la cancha viviendo intensamente el partido. Tiene un sabor muy especial representar a Argentina y por suerte se nos están dando los resultados y estamos obteniendo los resultados con el trabajo que realizan las chicas”, agrega el guía de Las Muerciélagas dentro de la cancha.
Medalla de plata
Recientemente, el seleccionado argentino de fútbol para ciegas perdió la final del Grand Prix de Osaka. Tras empatar sin goles en el tiempo reglamentario, la definición se fue a los penales. Argentina falló sus tres remates (Guillermina Corrales, Agustina Medina y Gracia Sosa) y el local convirtió su primer tiro y Micaela Segovia contuvo el segundo. No alcanzó. Pero el saldo fue positivo para Las Murciélagas que tuvieron dos distinciones individuales: Sosa fue elegida como la mejor jugadora del torneo y Yohana Aguilar fue la goleadora.
El plantel, conducido por Gonzalo HabbasHachache, estuvo conformado por Gracia Sosa, Yohana Aguilar, Agustina Medina, Guillermina Corrales, Sandra Yanaje, Elena Quinteros, Micaela Segovia y Melisa Flores. El cuerpo técnico lo completaron Santiago Jugo y Sofía Sosa.
“En el Grand Prix estaban las cuatro mejores selecciones y otorgaba puntos para el ranking mundial. También nos sirvió de preparación para el Mundial India 2025, que se disputará en octubre. Fue una linda experiencia participar del Grand Prix. Primero, por la importancia que tiene este torneo debido a que suma puntos para el ranking mundial. Nosotros estamos en el quinto lugar, a pesar de ser los campeones del mundo, pero por la falta de competencia, ya que no hay muchas selecciones en América, no tenemos roce internacional. Pero bueno, fue importante esta participación. Sabíamos que nos íbamos a encontrar con selecciones muy potentes, muy fuertes como Inglaterra y Japón. Estuvimos a la altura, ganamos los tres primeros partidos de fase de grupo. Después, le ganamos la semifinal a Inglaterra y perdimos la final contra Japón. Por una cuestión de costos, viajamos con un plantel bastante reducido. Respecto al Mundial, nos estamos preparando muy bien. Nuestro objetivo es poder estar dentro del podio nuevamente”, contó Gonzalo.
El camino de Las Murciélagas no solo es un relato de éxito deportivo, sino una poderosa metáfora de resiliencia, trabajo en equipo y, sobre todo, libertad. Su historia, forjada con esfuerzo y pasión, nos invita a reflexionar sobre el potencial ilimitado del ser humano y el rol transformador del deporte. Al seguir de cerca cada uno de sus partidos, asistimos a la construcción de un futuro más equitativo, donde el talento y la determinación brillan por encima de cualquier barrera. Es un testimonio vivo de cómo el deporte puede ser un motor de cambio social, inspirando a la sociedad a ver más allá de las limitaciones.