Un estudio del Conicet señaló que durante lo que va de la pandemia de coronavirus el 47,2% de los ciudadanos consultó con algún experto por trastornos de ansiedad, el 36,8% por depresión y el 14% por afecciones de tipo psiquiátrico.
La encuesta a nivel nacional liderada por la socióloga Gabriela Irrazábal del CONICET reveló que las personas sufrieron tres dificultades principales en pandemia: salud mental, alergias y problemas en la piel, mientras que el coronavirus recién aparece en quinto lugar y corresponde a quienes ya tuvieron la enfermedad.
La muestra fue realizada en 4.537 casos en todo el país. De los 1.799 casos que declararon sufrir ansiedad, 511 (28,4%) consultó a psicólogo/a y 118 (6,6%) consultó al psiquiatra.
Para los 1.401 que señalaron depresión, unos 367 (26,2%) fueron a un psicólogo/a y 122 (8,7%) a un/a psiquiatra. Se estima que entre un 14 y 16 por ciento acudieron a un familiar o amigo para contarle sus problemas.
En este sentido, tres de cada diez personas no recurrieron a nadie ante este tipo de trastorno y dos de cada diez asumieron la actitud de dicho problema.
Con respecto a la religión, las creencias religiosas no tuvieron mayor incidencia. Los evangélicos recurrieron con más frecuencia a la oración en un 78,7%, mientras que los católicos lo hicieron el 42,5%.
Por otro lado, una de las cuestiones que expresa el estudio es que la mayoría está a favor de la vacunación obligatoria para grandes y chicos. Ante el aumento de casos en los últimos días la gente fue consultada sobre si respetaría nuevas restricciones por 15 días y el 53,7%, más de la mitad, indicó que estaría dispuesto a cumplir con un aislamiento preventivo.
Además, cuatro de diez personas evitaría enviar a sus hijos a la escuela o suspendería las visitas a abuelos, y la mayoría está de acuerdo con suspender actividades en espacios cerrados, como ir a restaurantes o bares y suspender festejos.
En esta misma línea, el 26,3% cree que el coronavirus fue creado de manera artificial, el 3,8% como un dispositivo de control y el 3,2% que se fugó de un laboratorio. Solo uno de cada diez no tiene respuesta sobre dicha consulta y el resto estima que está vinculado «a la interacción con humanos y animales».