A días del clásico con Talleres, el martes por la noche, sujetos a bordo de una motocicleta lanzaron una ráfaga de disparos contra la casa de Erika Ponce, hija del ex líder de la barra de Belgrano, Roberto “Loco Tito” Ponce. Dos de las balas impactaron contra un portón de chapa y una tercera rompió un vidrio, ingresó a la vivienda y terminó incrustada en un mueble. Por el hecho no se registraron heridos.
El episodio tuvo lugar cerca de las 21.30 en barrio Alberdi. Al respecto, el fiscal Guillermo González, quien investiga los hechos, dijo: “Ha habido otro episodio de violencia en el cual ha habido unos disparos de armas de fuego en contra de un domicilio, la casa de la hija de Roberto ‘Tito’ Ponce, donde, por suerte, nadie resultó lastimado”. “Esto se enmarca, como decía, en este conflicto que viene ya de bastante tiempo, no modifica lo que venimos trabajando”, agregó.
Por su parte, Erika, quien vive sola junto a sus hijos de 9 y 12 años, se manifestó “cansada” tras el episodio y aseguró que los pequeños quedaron con “mucho miedo”. “Nunca me había pasado esto, o sea, en mi casa, porque yo hace poco que vivo acá y muy poca gente sabe que yo vivo acá y sí, la verdad que sí, nos asustamos un montón. Lo primero que hicimos fue tirarnos al piso”, narró sobre el episodio que vivió.
“Yo quiero que esto pare”, agregó Erika, quien exigió al fiscal y al club que tomen cartas en el asunto. Y agregó: Y yo creo que como jefe de una barra vos tenés que saber manejar a la gente que tenés. Tenés que saber parar y tenés que saber decir que con las mujeres, con los niños, no”.
Luego, la damnificada recordó que este no es el primer hecho de violencia que sufren. El sábado pasado, en la cancha de Belgrano, su hija 12 años, su hermana y su madre recibieron agresiones. “Y no estaba el loco Tito. Estaba mi mamá, estaba mi hermana y estaban mis hijos. O sea, no es que empezó la pelea porque estaba el Loco Tito”, detalló.
Por su parte, la abogada de la familia, Graciela Taranto, responsabilizó a los líderes de la barra de Belgrano por el ataque y aseguró que no se trata de una disputa contra “Tito”, ya que el mismo ya no forma parte de la barrabrava, sino que se trata de una “persecución” para que el histórico hincha “no se vaya con honor”. Tras el hecho, la familia de Erika quedó bajo custodia policial.