El juicio por el crimen de Anahí Bulnes (36) se reinició ayer con la declaración de la ex pareja de Santiago Campos Matos (37), el único imputado por el asesinato, y de un ex compañero de trabajo. Ambos afirmaron haber recibido versiones inconciliables sobre el origen de una herida que presentaba el acusado en su mano después de la desaparición de Anahí.
La médica Natalia Rodríguez, expareja durante 15 años y madre de las dos hijas de Campos Matos (37), se enteró del caso el 26 de diciembre, mientras allanaban el departamento del acusado. Para ese entonces, ella aseguró que ya no mantenía “mucha conversación con él” e iba “poco y nada” a su casa.
Sin embargo, Rodríguez sostuvo que hubo un encuentro días después de la desaparición de Anahi Bulnes y antes de Navidad para que Rodríguez le revisara una lesión en la mano. “A posterior de los días que desapareció la chica tenía una lesión en la mano”, contó. Y agregó: “Más o menos el 20 de diciembre fue a mi casa para arreglar con quién iban a pasar las nenas Navidad porque yo a veces hago guardias y me dijo que le viera la mano”.
“Parecía una lesión punzante, me había preguntado si estaba infectada o no y le pregunté qué le había pasado. Me dijo que lo habían intentado asaltar y se defendió”, recordó la mujer sobre ese encuentro. “Quise revisarlo y me dijo que no, no se dejó. Dijo que le habían pegado en la espalda pero no dejó que lo revisara”, sostuvo.
A su turno, Tomás, compañero de trabajo del acusado, recordó que aquel 5 de diciembre de 2022, cuando se vio a Bulnes por última vez con vida, Campos Matos le envió un mensaje para decirle que no iba a ir a trabajar porque “se había peleado con naranjitas”. Como prueba, le mandó una foto de la mano ensangrentada. “A la noche me dijo que me esperaba ese lunes a las seis de la mañana, y a las horas me mandó una foto con puntazos en la mano… se le veían los nudillos, y con golpes en la entrepierna”, indicó el testigo a Canal 12 después de declarar en el juicio.
Por otra parte, al recordar su relación con el imputado, su ex pareja destacó que el hombre era “temperamental y “violento psicológicamente”, aunque nunca le pegó. “Tomaba alcohol y reclamaba cosas”, dijo y explicó: “En su mayoría eran celos, todo el tiempo quería controlar lo que yo hacía, controlar todo”. “Me agobiaba esa situación de permanente de pelea, me agobiaba el control que quería ejercer sobre mí. Yo no hacía más que trabajar y estar en casa, era agotador”, sostuvo.