Han pasado 297 días desde que Lian Gael Flores Soraide fue visto por última vez en Ballesteros Sud, Córdoba, sin que existan datos certeros sobre su paradero. El niño, que ya tiene 4 cuatro años, desapareció el 22 de febrero en la vivienda donde vivía junto a su familia, por lo tanto la defensa solicitó una progresión forense para actualizar la imagen de Lian. El objetivo es facilitar su identificación ante nuevos aportes.
El día de la desaparición, el menor estaba en su casa con sus padres y hermanos. Vestía un pantalón largo azul y no llevaba remera, prenda que fue encontrada al día siguiente en la puerta de la vivienda.
“Hasta ahora no se sabe nada de mi hijo, no sé qué pasó”, sostuvo Plácida Soraide entre lágrimas. La mujer pidió colaboración a la sociedad y remarcó el dolor que implica atravesar esta situación como madre. Además, el padre del niño, Elías Flores, solicitó a las autoridades que se incremente la recompensa ofrecida para obtener datos concretos. Actualmente, la suma asciende a 20 millones de pesos.
Sospechas y acusaciones
En ese contexto, la madre apuntó hacia el entorno local al afirmar que vecinos de Ballesteros Sud “saben bien qué pasó, pero no quieren decir”. Además, aseguró que no cree que el niño esté lejos y que “alguien lo tiene”.
Por su parte, Flores expresó que la situación es “muy dolorosa” para toda la familia. “Queremos que vuelva Lian con nosotros”, manifestó, y pidió que quien tenga información lo devuelva.
Mientras que el abogado de la familia, Carlos Nayi, definió el caso como “297 días y un enigma”. Indicó que Ballesteros Sud es una comunidad pequeña, de 649 habitantes, con un único acceso.
“Tenemos una sospecha, pero no contamos con pruebas”, aclaró el padre, al explicar por qué no señalan a ninguna persona en particular. Esa falta de elementos impide avanzar en acusaciones formales.
Hipótesis y operativos
Nayi sostuvo que todas las líneas de investigación siguen abiertas. Entre ellas se analizó la posibilidad de un accidente, aunque con el paso del tiempo perdió fuerza.
También se investigó un secuestro extorsivo, pero nunca hubo un pedido de rescate. El letrado no descartó la participación de una organización criminal, aunque aclaró que la familia no tenía conflictos previos.









